Varios donantes extranjeros aportaron, supuestamente, dinero a cambio de acceso a la nueva Administración
14 de diciembre de 2018 – Washington – Agencias.
A finales del mes de noviembre, Joe Biden, vicepresidente de Estados Unidos en tiempos de Barack Obama, escribía un inquietante artículo para la web de Politico en el que aseguraba que el dinero extranjero de dudosa procedencia estaba amenazando a la democracia americana. Esta semana, una información del diario The Wall Street Journal informaba de que fiscales federales de Manhattan (Estado de Nueva York) estaban investigando si donaciones ilegales de extranjeros financiaron la investidura de Donald Trump, así como un Comité de Acción Política con el fin último de comprar influencia dentro de la Administración y la política norteamericana.
El diario The New York Times se ha hecho eco de la información del Journal y asegura que “la investigación se centra en averiguar si personas de naciones de Oriente Próximo —como Qatar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos— usaron donantes falsos para disfrazar sus aportaciones monetarias” a los dos fondos antes mencionados, la toma de posesión y el Comité de Acción Política (Super Pac, por su nombre en inglés). La ley federal prohíbe contribuciones extranjeras a las campañas, a los PAC y a los fondos para las investiduras.
La investigación supone, según el Journal, otra potencial amenaza de conducta ilegal para la gente que está o estuvo en la órbita de Trump. Tanto sus acuerdos empresariales como sus actividades durante la campaña electoral han llevado hasta la fecha a una serie de acusaciones en los tribunales y declaraciones de culpabilidad. “Muchos de los grandes donantes de la campaña estuvieron involucrados en el fondo para la toma de posesión de Trump”, informa The Wall Street Journal. Fueron los últimos instantes del magnate republicano como ciudadano de la calle, antes de convertirse en presidente de la primera potencia mundial.
Una vez más, otra investigación de índole criminal pone en riesgo y constituye una amenaza para la presidencia del republicano. La investigación abierta en Manhattan —que está en sus primeras fases— se está nutriendo del material incautado al antiguo abogado del presidente, Michael Cohen, que esta semana ha sido condenado a tres años de cárcel por mentir al Congreso y violar las leyes de financiación de campaña electoral.
El comité inaugural, encargado de la toma de posesión, ha identificado hasta ahora los nombres detrás de 63 millones de dólares de un total de 103 que se gastaron el 20 de enero de 2017. El comité de Trump recaudó más del doble de dinero de lo que se reunió para la primera investidura de Barack Obama en 2009, que entonces ya supuso un récord.
Además de la actual investigación criminal sobre la financiación de la toma de posesión presidencial, en Manhattan los fiscales siguen dedicados a encontrar pruebas de que el mandatario autorizó pagos ilegales para acallar acusaciones de relaciones extramatrimoniales que podían haber puesto en peligro su campaña. Esta línea de investigación es independiente aunque va paralela a la investigación del fiscal especial Robert Mueller, que se centra en si se conspiró con Rusia durante la elección presidencial de 2016 para que la demócrata Hillary Clinton no llegara al poder.
Los eventos de la inauguración presidencial de 2017 contaron, entre otros, con un concierto de celebración en el monumento a Lincoln, recepciones, cenas privadas y bailes para celebrar la llegada del nuevo inquilino de la Casa Blanca. Fuentes cercanas a este fondo citadas por el Journal apuntan que los gastos fueron muy elevados debido en gran medida a que fueron de última hora, ya que muy pocos contaban con la victoria de Trump. Ello supuso improvisar fiestas y eventos contra reloj, lo que dejaba poco margen para dar los contratos al mejor postor.