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La llama olímpica enciende el cielo nublado de París

La llama olímpica enciende el cielo nublado de París

26 de julio de 2024 – Paris – EFE.

El fuego olímpico iluminó el cielo de París desde un globo aerostático que sostendrá el pebetero durante los Juegos Olímpicos, el punto culminante de una grandiosa ceremonia a lo largo del Sena, la primera de la historia fuera de un estadio, que fue empañada por la lluvia pero no impidió el entusiasmo de los asistentes.

El pebetero con la llama en un globo

La ex atleta Marie-José Perec, triple campeona olímpica, y el judoca Teddy Renier, que busca su cuarto oro en la capital francesa, encendieron el pebetero, el final de un relevo que comenzó con Zinedine Zidane, continuó con el tenista Rafa Nadal y sumó a otras grandes figuras del deporte, como Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis, además de medallistas franceses como Tony Parker, Amélie Mauresmo y el ciclista Charles Coste, nacido en 1924, la última vez que los Juegos se celebraron en París.

La llama olímpica se elevó en un globo sobre el jardín de las Tullerías, donde permanecerá hasta el 11 de agosto, mientras que, en el primer piso de la Torre Eiffel, la canadiense Céline Dion cantaba “El himno al amor” de Edith Piaf.

Los vítores y el entusiasmo se escucharon a lo largo del Sena, que fue el escenario principal del día, albergando el desfile de las 205 delegaciones, excepto Rusia, que competirán por las medallas, un protagonismo que tuvo que compartir con la lluvia.

El inicio de unos grandes juegos en París

La valentía de los organizadores, que querían que la ceremonia fuera el motor de unos Juegos espléndidos, se puso a prueba por un factor natural que sin duda alteró sus planes.

La seguridad, llevada a su máxima expresión, dio resultados, y aunque durante meses se habló del riesgo de un atentado en un evento al aire libre, fue el clima el que tuvo el impacto más negativo.

“Pero cuando amas los Juegos, unas pocas gotas de agua no te afectan”, afirmó el presidente del comité organizador, el carismático Tony Estanguet, destacando que la lluvia no disminuye su entusiasmo.

Aplausos y emoción a pesar de la lluvia

Aunque muchos espectadores abandonaron sus asientos y otros luchaban contra la intensa lluvia, la sorpresa final planeada por los organizadores hizo que se levantaran y se unieran en un aplauso unánime.

La ceremonia comenzó de manera cómica con Zidane recibiendo la antorcha olímpica del actor y humorista Jamel Debouze en un Estadio de Francia completamente vacío, marcando que París había elegido realizar su ceremonia en un espacio abierto.

El hilo conductor de la ceremonia fue un enigmático personaje enmascarado inspirado en el videojuego ‘Assassin’s Creed’, cuyo recorrido por el Sena dio paso al desfile de las delegaciones en barcos individuales y colectivos, así como a varias actuaciones artísticas y musicales.

Lady Gaga y Aya Nakamura

Se pudo escuchar a Lady Gaga interpretar la canción “Mon truc en plumes” y a Aya Nakamura, la artista francesa más popular del momento, interpretar éxitos de Charles Aznavour junto a la orquesta de la Guardia Republicana.

Diversos espectáculos de baile, acrobacias y artes escénicas aparecieron en distintos puntos del río mientras las 85 embarcaciones que transportaban a los atletas recorrían los seis kilómetros entre el puente de Austerlitz y el Trocadero, frente a la Torre Eiffel.

En esos momentos, la lluvia fue más intensa, un fenómeno poco común en julio en la capital francesa, pero que demostró que es normal en París.

Muchos asistentes abandonaron sus lugares y los barcos aceleraron el ritmo para reducir el sufrimiento de los atletas, que se resguardaban con impermeables y se saltaron el desfile final en el Trocadero, al que asistieron pocos de ellos.

Así, no asistieron al momento culminante, la sorpresa final de los organizadores, que trajeron de nuevo a Zizou, quien recibió la antorcha vestido de manos del enigmático personaje enmascarado entre los vítores de los presentes.

El exfutbolista, que nunca compitió en los Juegos Olímpicos, entregó la llama a Nadal, quien posee dos medallas de oro y busca ampliar su palmarés en París si su salud lo permite.

Nadal, Nadia, Carl y Serena ‘iluminaron’ París

El tenista español, en su ciudad mágica, donde ha ganado 14 veces Roland Garros, llevó nuevamente la antorcha al río, donde le esperaban Serena Williams con sus cuatro oros, Nadia Comaneci con sus nueve medallas, y Carl Lewis con sus nueve oros y una plata.

En una lancha remontaron el río en sentido opuesto al recorrido de la ceremonia para llegar al jardín de las Tullerías, junto al Museo del Louvre, donde Amélie Mauresmo tomó el relevo, acompañada por Tony Parker y otros campeones olímpicos y paralímpicos franceses.

Todos ellos llevaron la antorcha hasta el final, donde Perec y Riner, en los primeros Juegos igualitarios de la historia, encendieron un pebetero que se elevó en globo.

De fondo, toda la ciudad escuchaba cómo la potente voz de Céline Dion, que volvía después de su enfermedad, daba el toque final a la ceremonia.

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