1 de abril de 2025 – Naciones Unidas – EFE.
La ONU expresó su esperanza de que las autoridades birmanas cesen los bombardeos internos tras el devastador terremoto de magnitud 7,7, que dejó más de dos mil muertos. Kanni Wignaraja, subsecretaria general de la ONU y directora regional del PNUD, destacó que la recuperación del país depende de la cesación de la guerra civil, que persiste desde el golpe de Estado de 2021.
Wignaraja indicó que la comunidad internacional debe actuar, comunicarse con las autoridades birmanas y mediar en una solución. Birmania atraviesa un conflicto armado con varios grupos opositores desde el derrocamiento del gobierno electo de Aung San Suu Kyi por parte del Ejército. La oposición ha denunciado la continuidad de los bombardeos en áreas rebeldes, incluyendo el epicentro del terremoto en Sagaing.
A pesar de la situación de guerra, el PNUD ha tenido acceso a todo el país y sus esfuerzos de respuesta al terremoto no se han visto afectados. Wignaraja expresó la necesidad de cesar la guerra en estos momentos de desastre y destacó que la tregua propuesta por la oposición busca permitir a la población recuperar los cuerpos y comenzar el proceso de duelo.
La experta subrayó que la prioridad de los ciudadanos birmanos es sentirse seguros. Resaltó que, para superar la crisis, es esencial detener la guerra y restablecer la paz, lo que permitiría a las personas continuar con sus vidas tras el desastre. Además, mencionó que los indicadores de desarrollo en Birmania han empeorado desde el golpe de Estado, y que la pobreza se ha triplicado desde 2018.
La junta militar ha confirmado la muerte de 2.719 personas y más de 4.500 heridos debido al sismo, mientras que la oposición informa que más de 8 millones de personas han sido afectadas. Equipos de rescate de diversos países han llegado a Birmania para ayudar en las labores de socorro.
La Administración de Donald Trump ha prometido 2 millones de dólares de ayuda para el terremoto y el envío de un equipo técnico, a pesar del desmantelamiento de la Usaid. Wignaraja lamentó la tendencia de los países a reducir su ayuda internacional, pero celebró el apoyo que aún llega de algunas naciones, instando a los países a reconsiderar sus presupuestos para destinar más fondos al desarrollo.
