24 de octubre de 2017 – Agencias.
La peste ha segado la vida de 124 personas desde el mes de agosto en la isla de Madagascar, al sureste del continente africano, según han informado las autoridades del país. Esta enfermedad infecciosa, transmitida por la mordedura de las pulgas que las ratas transportan, ha afectado desde entonces a 1.133 personas, sin bien las autoridades sanitarias han afirmado que la enfermedad está en retroceso.
Según los datos publicados por el Ministerio de Sanidad de Madagascar, de esas 1.133 personas, 780 ya se han recuperado, mientras que 219 permanecen bajo tratamiento. La zona con mayor número de afectados es el distrito de la capital de la isla, Antananarivo, que supera los 200 casos. De entre las víctimas mortales hay un ciudadano francés.
Pese a las altas cifras de enfermos y fallecidos, el Ministerio de Sanidad insiste en que se está produciendo una mejora de la situación. “Hay una disminución de las personas que entran en el hospital y un aumento de pacientes sanos que salen del hospital”, ha señalado en la radio nacional el doctor Manitra Rakotoarivony, un responsable del ministerio. “Una docena de distritos [de los 35 oficialmente afectados por la peste] han declarado el final de la epidemia, es decir, no han registrado ningún caso nuevo de peste durante una quincena”, ha agregado el responsable médico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió el 23 de octubre sobre los riesgos de que la enfermedad se expandiera por más regiones del país. Para impedirlo, afirmó haber desplegado en la zona a unos 2.000 trabajadores sanitarios y haber enviado antibióticos para tratar a 5.000 pacientes y vacunas para inmunizar a 100.000.
“Tengo confianza en que con lo potente que es el equipo que tenemos sobre el terreno y los trabajadores sanitarios, seremos capaces de acabar con los contagios muy rápido”, ha asegurado Ibrahima Soce Fall, director de emergencias para África de la OMS, desde la sede de la institución en Ginebra.
La peste es una enfermedad recurrente en Madagascar, y suele afectar a unas 400 personas en las zonas rurales entre los meses de septiembre y abril. Sin embargo, este año la enfermedad ha comenzado a propagarse antes de tiempo y ha logrado introducirse en los núcleos urbanos, al contrario que las epidemias anteriores. Las pestes que se han extendido en la isla son de la variante bubónica, que produce bultos negros en la piel, y la neumótica, la más peligrosa de las dos y la que más se ha extendido, capaz de causar problemas respiratorios tan graves que es mortal en un margen de 24 a 72 horas.