28 de agosto de 2017 – Berlín – Agencias.
Hace dos años, el enfermero Nils Hölger fue condenado a cadena perpetua por un juez de la Audiencia Territorial de Oldenburg por haber matado a dos pacientes y de haber intentado asesinar a otros tres. Pero la sentencia no puso fin a las investigaciones de una comisión especial de la policía ante la sospecha que el enfermero podía ser el asesino de decenas de personas más. Los peores temores parecen haberse confirmado.
Este lunes, el jefe de la policía de Oldenburg (norte de Alemania), Johann Kühme señaló ante la prensa que el sanitario, de 40 años, es sospechoso de haber matado a 84 pacientes entre los años 2003 y 2005, cuando trabajó en la clínica Delmenshort y en el hospital de Oldenburg, una revelación que convertiría a Hölger en el peor asesino en serie de la historia de Alemania.
“La Comisión de investigación especial ha establecido al menos 84 muertes”, dijo el oficial de la policía. “Esta cifra es excepcional, única, en la historia de la República Federal de Alemania”, añadió, por su parte, el jefe de la comisión de investigación especial, Arno Schmidt.
La Comisión de Investigación inició su trabajo poco después de la sentencia condenatoria que mandó al enfermero a prisión. Durante su juicio se hizo público un informe psiquiátrico en el que Hölger confesaba además haber matado a otras 30 personas.
En los últimos dos años, la policía exhumó a más de 100 cadáveres y examinó las actas de unos 200 pacientes, un trabajo que ahora podría estar a punto de concluir, pero con otro resultado aún peor que el revelado este lunes por el jefe de la policía de Oldenburg.
La cifra exacta de pacientes asesinados por el enfermero jamás podrá ser establecida. “Los actuales resultados pueden ser solo la punta de iceberg”, dijo Arno Schmidt, “A causa de que unos 130 pacientes que murieron en las clínicas fueron incinerados, no se pueden hacer más pruebas”, añadió.
Según la policía, Hölger solía inyectar a los pacientes una sobredosis de un fármaco para el corazón y cuando presentaban síntomas graves, los reanimaba para presentarse como un héroe ante sus colegas. Durante el juicio celebrado en febrero de 2015 en Oldenburg, Hölger pidió disculpas a los familiares de las víctimas, admitió haber matado a dos pacientes y, en otro acto tardío de sinceridad, dijo que lo hacía para evitar el “aburrimiento”.
Pero el juicio de hace dos años dejó al desnudo un problema diferente. Varios familiares acusaron a las autoridades de no haber investigado todos los indicios sobre las muertes que se registraron en las dos clínicas, un hecho reactivó el caso.
En la clínica de Dalmenhorst se descubrieron indicios concretos de que el personal sabia que Hölger mataba a sus pacientes, una certeza que convenció a la fiscalía a abrir sendas investigaciones contra dos médicos jefes y el director de la unidad de cuidados intensivos.
Los tres deberán comparecer ante la justicia acusados de haber cometido el delito de homicidio por omisión. “Se podrían haber evitado los asesinatos”, admitió el jefe de la policía de Oldenburg, Johann Kühme. “Los responsables de entonces podrían haber actuado más rápidamente y buscado apoyo. En el hospital de Oldenburg se conocían las irregularidades”, dijo, al señalar que también se han iniciado investigaciones contra los responsables de ese hospital.