11 de octubre de 2017 – Bogotá – Agencias.
Diez días antes de empezar el Mundial de Brasil (2014), el seleccionador de Colombia José Néstor Pékerman daba la noticia. Radamel Falcao García no estaría con el equipo a pesar de haber sido el goleador en las eliminatorias (nueve tantos). Una lesión en la rodilla izquierda sacó al delantero estrella del cuadro tricolor. El sueño se le iba de las manos y para muchos hasta ahí había llegado la flamante carrera del ‘Tigre’ García. Sus logros se estancaron, estuvo seis meses lejos de los estadios y la prensa más crítica lo alcanzó a sepultar, decían que sería difícil que volviera a ser el Falcao que maravilló a su país, por eso verlo ahora celebrando el paso a Rusia 2018 con la camiseta puesta parece la mayor recompensa a su esfuerzo, la revancha de su vida, un milagro. Disputó ocho de los 18 partidos de la eliminatoria y logró dos anotaciones. Pero su relevancia en el equipo de Pékeman va más allá de los goles.
“Lo extrañamos muchos partidos, muchísimos partidos y creo que hemos vuelto a contar con un líder, un fenómeno que nos va a aportar muchísimo”, decía el seleccionador argentino en agosto cuando un gol de Radamel logró el empate de Colombia 1-1 con Brasil en las eliminatorias sudamericanas. “Su imagen representa más que goles. Es la personificación de muchos valores, de perseverancia”, opina el periodista deportivo de la cadena de televisión Caracol, Iván Gutiérrez.
Después de una cirugía de rodilla, el ‘Tigre’ comenzó un largo proceso de recuperación, mientras sus compañeros estaban en Brasil. “Era muy duro… Después de todo lo que había vivido, no poder estar ahí era complicado, pero creo que lo viví como un hincha más”, reveló en una entrevista a la revista Bocas en julio pasado. Este martes, cuando la selección Colombia gritaba que por sexta vez iba a estar en un Mundial (las dos últimas bajo la dirección de Pékerman), Falcao reconocía el mal momento que había vivido. “Me perdí el Mundial anterior, después tuve dos años horribles, pero Jesús restaura y lo ha hecho conmigo y por eso tengo ahora la posibilidad de ir al Mundial. Esta felicidad de ir a Rusia es para todos los colombianos”, dijo el jugador segundos después del pitazo final del encuentro contra Perú.
En palabras del periodista de RCN Radio Nicolás Samper, Falcao termina con el infierno que vive quien hace toda la labor previa a una fiesta, pero no la disfruta. “En la eliminatoria pasada le tocó inflar globos, mover sillas, ordenar vasos y al final no pudo ir”. Falcao no se resignó. Su fe en Dios, de la que habla siempre que puede, y el respaldo del argentino Pékerman fueron su motivación. El seleccionador tuvo paciencia, lo esperó y lo recuperó. “Él lo necesitaba y nosotros lo necesitábamos. Se logró levantar y eso lo hace un grande”, ha dicho José Néstor, que también demostró con el paso a Rusia su compromiso con la selección colombiana. “Desde que él llegó, Colombia es más efectiva, el equipo hizo en la eliminatoria siete goles en los últimos diez minutos de los partidos, lo que habla de un buen trabajo mental. Sin Pékerman tal vez no hubiéramos entrado a dos Mundiales”, dice Samper.
El argentino logró acabar con varios viejos mitos del fútbol colombiano que rechazaban a un director técnico extranjero, que ponía a algunos jugadores como intocables o que pretendían que, como por muchos años lo vimos, el trabajo interno del equipo tenía que estar expuesto al público. Sobre todo la prensa intentó meterse a territorios que solo correspondían a Pékerman y los jugadores. “Él llegó en 2012 y cortó con eso. El primer requisito para aceptar dirigir fue tener plena autonomía. Aisló al equipo en las concentraciones y se apegó a los detalles para sacar puntos. Se acabaron los familiares en los hoteles, el tránsito de la prensa y los agentes de jugadores por todos lados, así como la opinión de los directivos de la Federación Nacional de Fútbol. El voto y la palabra son de Pékerman”, explica Gutiérrez.
Aunque incluso en esta eliminatoria se escucharon críticas sobre los convocados y sobre la táctica en el juego, José Néstor Pékerman demostró que su fórmula funciona. “Llamar a los que mejor estén en el momento y por eso a lo largo de esta eliminatoria convocó a 55 jugadores. Su mayor logro es identificar el momento de cada jugador. Contra Perú, por ejemplo, envió como titular a Duván Zapata y la sorpresa fue grata pues el delantero cumplió”, recuerda el periodista.
Colombia va a Rusia con la alegría de un pueblo que encuentra en el fútbol el único bálsamo para sus pesares, con un Falcao que vuelve a brillar y un Pékerman que ha demostrado que sus decisiones, así la opinión pública no las entienda ni comparta, son las que necesita el fútbol de este país.