15 de septiembre de 2017 – Agencias.
La sonda Cassini se ha desintegrado hoy en la atmósfera de Saturno poniendo fin a una misión de 20 años en la que ha contribuido a desvelar los secretos del sexto planeta del Sistema Solar como ninguna otra nave ha hecho.
La nave ha ardido poco después de entrar en las capas más externas de la espesa envoltura de gases que rodea al planeta. La nave ha utilizado el poco combustible que le quedaba en sus propulsores para mantener la antena orientada hacia la Tierra y transmitir datos hasta el último momento antes de perder el control y desintegrarse por completo por el rozamiento con el aire. La NASA ha planeado cuidadosamente esta maniobra para evitar contaminar las lunas del planeta, que pueden albergar vida.
Los ingenieros de vuelo han seguido la maniobra desde el Centro de Propulsión a Chorro en Pasadena. La última señal de la nave ha sido recibida en el centro de control alrededor de las 13:55 hora peninsular española.
“Este es el final de la misión”, ha dicho Earl Maize, jefe del Programa Cassini. “Espero que todos estéis orgullosos de este increíble éxito”, ha añadido antes de fundirse en un abrazo con uno de sus compañeros.
La misión Cassini-Huygens, un proyecto conjunto de la NASA y la Agencia Espacial Europea lanzado en 1997, ha sido la primera centrada en explorar Saturno y sus anillos. Sus descubrimientos fueron fundamentales para probar que puede haber vida en otros lugares del Sistema Solar y que estos no son precisamente parecidos a la Tierra.
En 2005, el módulo Huygens se convirtió en el primer artefacto espacial en posarse sobre una luna de otro planeta, Titán, donde la misión descubrió montañas, lagos y océanos llenos de metano líquido. Su compañera, la sonda Cassini, se lanzó hacia Encélado, otro de los más de 60 satélites del planeta, para sobrevolar el polo sur y atravesar las fumarolas que brotan de sus géiseres. El análisis de los gases captados por sus instrumentos apuntan a que proceden de chimeneas hidrotermales en el fondo de un océano de agua líquida sobre el que existe una capa de hielo de varios kilómetros de espesor. Estas observaciones han convertiodo a Encélado en uno de los dos cuerpos del Sistema Solar con más probabilidades de albergar seres vivos, según la NASA.
La sonda Cassini también ha retratado como nunca el espectacular sistema de anillos que abarca 300.000 kilómetros con apenas 10 metros de espesor y que se asemeja a un joven sistema solar.
Durante sus últimos meses de vida, la sonda ha estado pasando por el hueco entre los anillos y el planeta, una zona totalmente inexplorada. Con los datos obtenidos intentará resolver algunos de los misterios que le quedan por abordar, como establecer la masa de los anillos y conocer la duración de un día en Saturno. A diferencia de los planetas rocosos como la Tierra, en los que es posible tomar como referencia un punto geográfico para saber cuándo se ha completado una órbita, la atmósfera gaseosa del planeta gigante requiere otros métodos. Un instrumento de la sonda Cassini permite medir los movimientos del campo magnético de Saturno y sus emisiones de radio. Así, se sabe que un día allí dura entre 10,6 y 10,8 horas, pero los últimos días de servicio de la sonda pueden resolver la incógnita con exactitud. Otra gran pregunta a responder es si el planeta tiene un núcleo rocoso totalmente oculto bajo su tormentosa atmósfera.
La nave entró en las capas más superficiales de la atmósfera saturnina a una altitud de unos 1.915 metros por encima de las primeras nubes que cubren el planeta, donde la presión es similar a la de la Tierra al nivel del mar. Se esperaba que emitiese su última señal a unos 1.500 kilómetros sobre las nubes.
Debido a la distancia entre Saturno y la Tierra, el último adiós de la sonda Cassinillegó 86 minutos después de que la nave la emitiese. En las horas previas a su final la nave tomó sus últimas imágenes del sistema de anillos y de Encélado y Titán. Al filo de la medianoche de ayer la sonda envió todos los datos que tenía almacenados y sus últimas imágenes antes de cambiar su configuración para transmitir en tiempo real, poco antes de su suicidio controlado.