16 de enero de 2019 – Por: El Director – Ing. Jairo Vargas.
Como ya lo he comentado en anteriores ocasiones, la disrupción tecnológica y la catástrofe ecológica que depara el cambio climático, constituyen el mayor reto al que nos enfrentamos, sin embargo, el mayor problema, según algunos que profundizamos en estos relevantes hechos que nos están envolviendo, es que no tenemos conciencia de ellos.
Tomemos por un momento y veamos analíticamente la forma como la tecnología se ha inmiscuido en todos nosotros, lo que llame la disrupción tecnológica, para entenderlo mejor con dos ejemplos: La computadora personal (ordenador personal) fue una tecnología disruptiva que hizo que la máquina de escribir quedará en desuso. Algo similar puede decirse sobre la telefonía móvil respecto a las cabinas de teléfonos públicos.
Ahora bien, pudiéramos preguntarnos: ¿de qué manera la tecnología se está inmiscuyendo en nuestras vidas? Bueno, aunque todos vemos como los celulares, las tabletas, los video juegos, forman parte de nuestro diario acontecer y si tenemos hijos podemos percatarnos que ellos no pudieran concebir la vida sin uno de estos móviles inteligentes, podemos comprender que la tecnología ya forma parte de sus vidas, ellos nacieron con esto y son elementos a los cuales se han adaptado excelentemente.
Eso estaría muy bien, puesto que el aprendizaje se hace de una manera magistral, las escuelas, los colegios y las universidades enseñan a sus estudiantes con técnicas que han evolucionado grandemente en estos aspectos. La manera como nosotros aprendimos no funcionaría, ni ellos la entenderían si quisiéramos usar los métodos con los cuales aprendimos los mayores y los no tanto, los usáramos para enseñarles a ellos, ni siquiera lo permitirán.
Nuestros padres y abuelos nos enseñaron a escribir o a leer y más adelante matemáticas y otras ciencias con el mismo método que a ellos les ensenaron y todo era transparente, no cambiaba mucho la manera de enseñar. Hoy los métodos cambian muy rápidamente y no se parecen en nada a los sistemas con los cuales aprendimos nosotros.
Pero el aspecto que no conocemos mucho, y algunos solo se dan cuenta muy por encima, es la manera como las grandes empresas tecnológicas toman información de todos nosotros de nuestros comportamientos, gustos, deseos, forma de pensar, expresiones corporales. Conocen más de nosotros que nosotros mismos.
Cada vez que usted entra a Facebook, Google, Internet, Amazon, Baidu (La similar a Google en China) por mencionar las más usadas, monstruos de empresas como estas y muchas otras, que cada vez que entras a una de ellas, es como si tuvieran una conexión bluetooth con tus neuronas, actúa sobre ellas. Conocen nuestra manera de pensar e influyen en ella para ajustarla a sus intereses. Y nosotros creemos que usamos el libre albedrio para tomar decisiones por quien votar, si hablamos de política. Eso lo vimos recientemente con Las filtraciones de datos a Cambridge Analytica y las manipulaciones informativas rusas aquí y en Europa con el Brexit, que marcaron unos meses desastrosos para la red social, pero también en todos los campos las tecnologías se han inmiscuido grande y exponencialmente.
Las cámaras y los micrófonos de nuestros computadores y celulares, conocen cuando entramos a cualquiera de los buscadores mencionados, de nuestras expresiones, por lo tanto; estos buscadores conocen que nos gustó, que nos pareció indiferente, triste, alegre o no fue de nuestro interés, eso la IA (inteligencia artificial) con sus algoritmos analiza, clasifica y envía la información del producto o servicio que más se acomoda a nuestra manera de ser, puesto que nos conoce y mucho. Eso no lo puede analizar un ser humano, es imposible poder conocer y tomar decisiones sobre millones de datos que están llegando constantemente, lo que se ha denominado el Big Data, por lo tanto, una inteligencia artificial, superior a la de los humanos, toma decisiones por nosotros a la velocidad de la luz en todos los campos, porque, por ejemplo, en al medicina, miremos un solo tipo de cáncer, la información que obtiene Google, sobre los millones de pacientes que tienen este tipo de cáncer en particular, en lo que respecto a los tratamientos usados, las medicinas y procesos usados en cada uno de ellos, edad, tipo de persona, sus hábitos, sus progresos, su aceptación, etc., etc. arrojan resultados que pueden ser empleados casi personalizados para su detención o erradicación en un paciente particular con este tipo de cáncer, con mucho más éxito que un oncólogo de renombre que no puede analizar esa millonada de información para tomar una decisión. Ese caso seguramente inclinaría el paciente a buscar el “oncólogo Google” que presenta muchas posibilidades de éxito en su tratamiento que el oncólogo humano, eso es solo un ejemplo, pero la verdad es que la Inteligencia Artificial sobrepasará, ya lo está haciendo en muchos campos: como la conducción autónoma, los trabajos repetitivos, a la humana y muchos empleos van a quedar cesantes.
Son muchos los campos en que los cambios que se van a producir cambiarán nuestra sociedad. nos quedaremos cortos y la velocidad con que ocurren estos, sobre pasa nuestra preparación. El advenimiento este año de la tecnología 5G acelerará muchísimo más el desarrollo de las fascinantes tecnologías que por ejemplo, en nuestro hogar conectará todos los elementos que tenemos como electrodomésticos, refrigeradores, televisores, estufa, microondas y que conocemos como La internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) el cual podemos definirlo: como un sistema de dispositivos de computación interrelacionados, máquinas mecánicas y digitales, objetos, animales o personas que tienen identificadores únicos y la capacidad de transferir datos a través de una red, sin requerir de interacciones humano a humano o humano a computadora.
Pero como dije al comienzo: el problema no es la tecnología que está invadiendo nuestro espacio y nuestra mente y nos obliga a tomar decisiones que creemos propias, sino que no somos conscientes de ellas.
En otro editorial, nos adentraremos más en este mundo tecnológico y analizaremos el otro gran desafío del que tampoco somos conscientes: La catástrofe ecológica que nos depara el cambio climático.
El Director
Ing. Jairo Vargas
[email protected]
Latino News, LLC