La comisara de Salud , Stella Kyriakides, pidió a los Estados europeos que centren sus esfuerzos en “contener de manera agresiva la propagación del coronavirus
10 de marzo de 2020 – Bruselas – Agencias.
A medida que el coronavirus se expande, sube de tono también el mensaje político. Ya nadie tiene como prioridad no caer en el alarmismo, ahora la amenaza es todo lo contrario, la complacencia y la falta de reacción. En ese sentido, fuentes comunitarias reconocen que España actuó durante este fin de semana pasada de manera opuesta a otros países europeos de nuestro entorno. Mientras Francia y Alemania prohibían las concentraciones de más de 1.000 personas ( en principio Francia las había limitado a 5.000 y endureció los requisitos), las autoridades españolas hicieron todo lo contrario e incluso animaron a la participación de las manifestaciones multitudinarias por el día de la mujer trabajadora el 8 de Marzo.
A pesar de esta contradicción, Bruselas no quiere hacer sangre ya que en los días anteriores, las autoridades comunitarias se limitaron a señalar que cada país era libre de aplicar su propio protocolo y se escudaban en la disparidad de las situaciones a la hora de no inmiscuirse en las medidas concretas de cada capital. Pero la propia Comisión Europea parece haber aprendido y en las últimas horas ha cambiado sustancialmente su mensaje. No tiene potestad para dictar medidas concretas a los Estados ya que las competencias siguen recayendo en las capitales, pero sí para alertar. Por eso, la comisara de Salud , Stella Kyriakides, pidió a los Estados europeos que centren sus esfuerzos en “contener de manera agresiva la propagación del coronavirus, en especial en las zonas en donde los casos no son aún numerosos” ante una situación que cambia día a día, hora a hora, casi minuto a minuto. Actualmente no hay ningún país europeo libre del virus y Bruselas es consciente de la necesidad de no aplicar paños calientes ya que la prudencia no ha dado, hasta el momento, buenos resultados.
La impresión es que ha llegado la hora de la verdad, el momento de inflexión en el que no hay que escatimar esfuerzos ya que también en palabras de la Comisaria “los próximos días y semanas serán decisivos” y los ciudadanos deben seguir “al pie de la letra” las medidas propugnadas por las autoridades públicas, que no son dictadas “a la ligera”. Según reconoce el ejecutivo comunitario, ahora la prioridad debe ser “ganar tiempo” con el objetivo de reducir posibles casos de contagio y ante el peligro de que hospitales y centros médicos queden colapsados. Con el objetivo de coordinar esfuerzos, los ministros de Sanidad permanecerán en contacto de manera periódica y se analizará el stock europeo de productos de protección en aras de evitar el desabastecimiento.
Por tierra, mar y aire. Nada ni nadie es inmune al coronavirus. Tras semanas de titubeos, la jornada de ayer supuso un antes y un después en la gestión de esta crisis por parte de los líderes europeos. Hay que actuar en todos los frentes y no se puede perder el tiempo porque la reacción en los próximos días resulta vital. La presidenta del ejecutivo comunitario, Úrsula von der Leyen anunció ayer un fondo específico para hacer frente al coronavirus de 25.000 millones de euros de los que 7.500 estarán disponibles en las próximas semanas con el objetivo de auxiliar de las pequeñas y medianas empresas y los sectore más dañados. Según la política alemana, el club comunitario utilizará “todas las herramientas a su disposición” para “resistir la tormenta”, lo que incluye flexibilidad en las ayudas públicas. El ejecutivo comunitario presentará su propuesta antes de la reunión de los ministros de Economía y Finanzas el día 16 de marzo.
Es el momento de cruzar el Rubicón. Ayer los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete se reunieron por videoconferencia con el objetivo de coordinar la respuesta en todos los flancos, a pesar de que la fragmentación de las medidas había sido la tónica dominante hasta el momento y de que los mensajes de las autoridades europeas habían estado caracterizados más por las apelaciones a la calma que por la necesidad de actuar.
La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, recordó ayer que las medidas generales que se ofrecen a todas las empresas sin distinción no están sujetas al control sobre ayudas de Estado ya que no suponen una distorsión del mercado único y que es posible apoyar con fondos públicos al as empresas con problemas de liquidez. La Comisaria también abrió la puerta a utilizar las excepciones permitidas en los tratados para las “perturbaciones graves” en el caso italiano. El ejecutivo comunitario ya ha utilizado los recovecos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento sobre el control del déficit público para dar luz verde a Roma en “cualquier gasto presupuestario puntual” relacionado con el coronavirus y puede que no se al único país que tenga que acudir a las puertas de Bruselas para pedir lo mismo.
Von de Leyen, también anunció ayer un plan para evitar los vuelos fantasma de las compañías aéreas, con el objetivo de que aquellas que se vean obligadas a cancelar vuelos no pierdan sus derechos de vuelos (slots). La legislación actual obliga a que las empresas del sector operan al menos durante un 80% de su horario, como modo de preservar sus derechos de cara a la temporada siguiente.