El actor fue detenido el domingo por conducir bajo los efectos del alcohol en la que es la última de sus muchas salidas de tono
11 de junio de 2018 – Los Angeles – Agencias.
Lo que más asombra de Vince Vaughn al natural es su tamaño. Al revés que todos los galanes de Hollywood, desde Tom Cruise a George Clooney, siempre por debajo de la estatura que se espera de ellos, Vaughn (Mineápolis, 1970) se erige como un faro en esta industria desde sus casi dos metros de altura. 1,96 para ser exactos. Lo segundo que más llama la atención de él es que no es tan divertido como sus comedias hacen pensar. Se le conoce popularmente como el frat boy, el compañero de travesuras de esa pandilla fílmica que componen miembros de su generación tipo Owen Wilson, Jon Favreau o Ben Stiller, con los que ha protagonizado algunas de sus comedias más conocidas. Cuestión de Pelotas (2004), Starsky & Hutch (2004), De boda en boda (2005) o Todo Incluido (2009) son algunas de las películas que le dieron esa fama gamberra. Su aire de ligón se lo dieron otros títulos como su debut, en Swingers (1996), o su paso por la comedia romántica Separados (2006), donde en la vida real también acabó emparejado con su coprotagonista, Jennifer Aniston.
Sin embargo, su arresto la madrugada del domingo en la localidad costera de Manhattan Beach, parte del condado de Los Ángeles (California, EE UU), por conducir bajo los efectos del alcohol y por resistirse a la autoridad muestra una cara muy diferente del protagonista de El mundo perdido: Jurassic Park (1997) o de la segunda temporada de la serie True Detective (2014-2015), ese que, irónicamente, comenzó su carrera con un anuncio de coches de la casa Chevrolet.
Según las primeras informaciones, Vaughn conducía un coche (en el que también iba otro pasajero) cuando se encontró con un control de alcoholemia. Tanto el actor como su acompañante se negaron a cooperar con las autoridades y fueron detenidos para ser puestos en libertad horas más tarde, una vez pagada la fianza. Un comportamiento ebrio y pendenciero que recuerda a otras famosas detenciones realizadas en la misma costa. Como el de Mel Gibson, que dirigió a Vaughn en el filme bélico Hasta el último hombre (2016), uno de sus últimos trabajos en la gran pantalla.
Este no es el primer arresto del actor. Vaughn fue detenido en 2001 por participar en una pelea callejera a la puerta de un bar de Carolina del Norte (EE UU) donde estaba rodando. Entonces el intérprete se encontraba en el bar junto con el actor y director Steve Buscemi y el guionista Scott Rosenberg. La situación se fue de las manos cuando un grupo que también se encontraba en el recinto inició una pelea: al parecer la novia de un chico del grupo se interesó por Vaughn y comenzó a charlar con él. Buscemi fue apuñalado y acabó en el hospital. El actor y el guionista, junto con otros atacantes, acabaron detenidos en comisaría.
Las comparaciones con Mel Gibson van más allá de su detención. Ambos fueron criticados por el enfado que no consiguieron ocultar cuando, durante la pasada edición de los Globos de Oro, Meryl Streep criticó al presidente estadounidense Donald Trump por su comportamiento “abusivo”. “La falta de respeto invita a la falta de respeto. La violencia invita a violencia”, dijo Streep mientras ambos actores, sentados en el mismo auditorio, fruncían el ceño en reprobación.
Vaughn nunca ha ocultado su espíritu conservador en una industria conocida por su talante liberal. Tampoco eso le dejó sin trabajo. Según la revista Vanity Fair, en 2010 el intérprete estaba entre las 30 estrellas que más cobraron, y en ese año recibió unos 15,6 millones de euros por sus estrenos. .
Pero, año tras año, sus comentarios han sido más y más polémicos. Por ejemplo, en una entrevista publicada en la edición británica de la revista GQ, el actor defendió la presencia de las armas en las escuelas. Entonces aseguró que prohibirlas para evitar la violencia sería como “prohibir los tenedores para impedir que la gente engorde”. Vaughn también se vio involucrado en otra polémica con el presentador y periodista Anderson Cooper, quien consiguió eliminar una frase del diálogo de la película El Dilema (2011) en la que se utilizaba un término peyorativo contra la comunidad gay.
Casado en 2010 con la agente inmobiliaria Kyla Weber, junto a la que es padre de dos hijos, Locklyn Kyla, de 7 años, y Vernon Lindsay, de 4, su sonada relación previa con Jennifer Aniston le hizo un flaco favor a su complicada vida. De hecho, en el año escaso que duró la relación el intérprete interpuso tres denuncias legales contra diferentes publicaciones que hablaron de sus supuestas infidelidades a Aniston.