7 de septiembre de 2017 – por: Enrique Kogan – Twitter @purosautosus.
Luego de que Volvo anunció que todos sus vehículos a partir del año modelo 2019, incluirían al menos algún grado de energía eléctrica, hubo una explosión de fabricantes de automóviles anunciando nuevos vehículos todo eléctricos.
Tanto BMW como Jaguar Land Rover anunciaron que empezarían a ofrecer una amplia gama de vehículos eléctricos a partir de 2020.
BMW dijo que tendría 25 vehículos eléctricos en el 2025, de los cuales 12 serán totalmente eléctricos, y que sus plantas comenzaría la producción en masa de vehículos eléctricos en 2020. Eso incluye a Mini la división inglesa de pequeños vehículos propiedad de BMW.
Jaguar Land Rover, planea tener todos sus modelos disponibles en todas las versiones eléctricas o híbridas en 2020.
Parte del ímpetu para el movimiento es el movimiento de los gobiernos locales y nacionales para prohibir las ventas de nuevos vehículos con combustibles fósiles, como en Gran Bretaña y Francia en 2040 y en ciudades como Madrid, Ciudad de México y Atenas incluso antes.
China también ha demostrado que es serio reducir los legendarios niveles de contaminación de Beijing al estimular las ventas de vehículos eléctricos.
Tesla ha comenzado la producción de su modelo 3, y a principios de esta semana, Nissan presentó su nuevo Leaf del 2018 todo eléctrico con un alargado rango y un precio más bajo que el Modelo 3 de Tesla o el Chevy Bolt de GM, que llegaron a las salas de exposición de los distribuidores a principios de este año.
Mercedes-Benz planea revelar la semana que viene en el auto show de Frankfurt su concepto de vehículo eléctrico EQA, para el mercado de masas, y Volkswagen también se espera que tome las envolturas de su nuevo ID Crozz.
La transición a los vehículos eléctricos depende de igualar (o casi) el costo total de propiedad de un automóvil eléctrico en comparación con sus rivales impulsados por gasolina o diésel.
Un motor de combustión interna cuesta aproximadamente un tercio de lo que cuesta la batería de un vehículo eléctrico y el tren de propulsión del mismo.
Se necesitará una combinación de incentivos para comprar vehículos eléctricos y mayores impuestos sobre los automóviles de combustibles fósiles o una prohibición absoluta de estos vehículos, junto con una tecnología de baterías mejorada, para que los compradores lleguen al punto de inflexión donde las ventas de vehículos eléctricos alcanzan la paridad con sus rivales de combustión.
Ese punto se espera que llegue a Europa en algún momento entre 2020 y 2030, esperando que los nuevos vehículos del viejo continente pudieran ser a batería eléctrica para el 2035.
Ojala que todo esto pueda suceder, ya que el medio ambiente está necesitando de un gran cambio para no llevarnos a un futuro desastre ambiental.