15 de octubre de 2024 – San Diego (EE.UU.) – EFE.
Entre las administraciones de EE.UU. y México se han implementado medidas que han reducido drásticamente la llegada de migrantes en busca de asilo a la frontera. Según informes de EFE y testimonios de migrantes y activistas humanitarios, lo que antes era un flujo constante de personas ha disminuido a niveles casi insignificantes.
Las acciones disuasivas del gobierno del presidente Joe Biden, en colaboración con México, han desmantelado la narrativa republicana sobre una crisis en la frontera. “Ahora llegan muy pocas personas, muchas de las cuales no saben que deben usar una aplicación para programar una cita y solicitar asilo”, comentó Pedro Ríos, director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos.
Este comité ha sido uno de los pocos grupos que ha mantenido un apoyo continuo a los migrantes en una zona entre dos muros fronterizos en Jacumba, California, que anteriormente era un punto de entrada frecuente para aquellos que cruzaban de manera irregular. Sin embargo, desde el 4 de junio, cuando Biden implementó nuevas restricciones al asilo, la situación ha cambiado drásticamente.
El activista señaló que los migrantes que logran cruzar a menudo no hablan ni inglés ni español y provienen de países de África y Medio Oriente. Los “ríos de gente” que solían llegar han desaparecido, reflejando una disminución notable en los números.
Según CBS, las detenciones de migrantes en la frontera han caído a 54,000 en el último mes, la cifra más baja durante la administración Biden. Ríos sugiere que hay un componente político en juego, ya que se aproxima la campaña electoral entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump.
Mientras ambos candidatos prometen medidas estrictas en la frontera, Ríos advierte que el proceso de solicitud de asilo se ha vuelto más complicado y frustrante. Los migrantes deben utilizar la aplicación CBP One, y los tiempos de espera para conseguir una cita pueden ser de ocho a nueve meses, lo que complica aún más su situación.
La falta de trabajo y el tiempo limitado en albergues representan retos adicionales para aquellos que buscan asilo. Boanerges, un migrante ecuatoriano, compartió su experiencia de haber sido enviado de Tijuana a Chiapas por las autoridades mexicanas, complicando su intento de solicitar asilo.
Boanerges expresó su desesperación, señalando que se le acabaron los recursos y no pudo esperar más en Chiapas, donde no hay oportunidades laborales. A pesar de su difícil situación, sigue esperando que tras las elecciones en EE.UU. las cosas mejoren para migrantes como él.
Mientras tanto, la narrativa política en torno a la migración se intensifica. Trump sigue argumentando que hay una “invasión” en la frontera, a pesar de la actual disminución en los cruces de migrantes. Harris, por su parte, ha responsabilizado a Trump por el fracaso de un plan bipartidista que pretendía reformar el sistema de asilo.
El proyecto bipartidista, que fue rechazado por los republicanos, también incluía fondos para aumentar el número de agentes fronterizos y jueces de inmigración, reflejando una necesidad de soluciones más integrales en el manejo de la migración.
