La carga financiera por la universidad obliga a los graduados a retrasar varios años inversiones como la compra de una vivienda
8 de junio de 2018 – Nueva York – Agencias.
La generación Y, la que nació entre mediados de los años 1990 y comienzos del nuevo milenio, está hundida en deudas. El dato de la Reserva Federal sobre el estado de las finanzas familiares es preocupante. Cuatro de cada diez personas que terminaron los estudios universitarios debe devolver algún tipo de prestamos. El total acaba de superar los 1,5 billones de dólares (lo que los americanos llaman trillions, equivalentes a 1,27 billones de euros), una cantidad que supera la riqueza de una economía avanzada como la de España.
La deuda universitaria supera cómodamente los 1,1 billones de los créditos para la compra del automóvil. También la que se acumula en las tarjetas de crédito, que se acerca al billón. El problema, como muestran las estadísticas del banco central de Estados Unidos, es que estos préstamos se combinan. La deuda media de un graduado asciende así a los 28.400 dólares (unos 24.000 euros), según el The College Board. La cifra es mayor para los estudiantes que van a universidades privadas.
Las mujeres deben dos terceras partes del total, a partir de los cálculos que utilizan como base el informe de la Fed correspondiente al primer trimestre y otras instituciones. La American Association of University Women (AAUW), una organización que promueve la educación entre las adolescentes, explica que en parte se debe a que hay más mujeres matriculadas que los hombres. Representaban un 56% del total en 2016. También porque piden más prestado.
La brecha de género en la deuda estudiantil se explica a que una graduada debe de media 2.740 dólares más que un varón. Los datos también muestran que la devuelven más lentamente, lo que implica que acaban pagando más por los intereses. “Es un problema al que no se presta atención”, señala la AAUW, que lo achaca a que las mujeres tienen menos renta disponible para repagar.
El coste medio de la matrícula en un centro público es de 14.210 dólares si el estudiante se queda en su mismo estado. Esa cifra se eleva a 20.090 dólares cuando se incluye el gasto de dormitorio. La diferencia también se explica por las becas disponibles en función del origen del graduado. Los precios suben más rápido que la inflación, a un ritmo superior al 10% en los últimos cinco años.
Retrasos en los pagos
Hay más de 44 millones de estadounidenses que arrastran algún tipo de deuda desde los estudios. El volumen total crece a un ritmo de vértigo. Hace diez años rondaba los 640.000 millones. Se duplicó en 2012 y los factores que impulsan esta escalada no van a desaparecer con la Fed subiendo tipos, hasta el punto de que los expertos ven una burbuja como la hipotecaria de 2008.
El pago mensual medio del crédito se acerca a los 400 dólares, estima la Fed. En términos generales, el 20% va con retraso. Los que tienen más problemas son los que optaron por no terminar sus estudios. Esta carga, a su vez, amenaza con retrasar inversiones para el futuro, como la compra de una vivienda. El índice de propiedad en el 21%, frente al 32% antes de la recesión.
El salario medio para los nuevos graduados ronda los 50.000 dólares, según un estudio de la firma Korn Ferry. Es un 14% más que para la clase que terminó antes de la recesión. Pero como señala la National Association of Realtors, se está retrasando siete años la compra de la vivienda por la deuda. En paralelo, indica la Fed, se elevó en un 45% los jóvenes que se quedan en casa de sus padres.
Aliviar la deuda
El alza de las matrículas, el estancamiento de los salarios y el recorte de las inversiones públicas en la educación superior provocan que las familias estadounidenses sean más dependientes de los créditos. La American Student Assistance añade que esta situación provoca que muchos opten por retrasar su formación. Por eso piden a los legisladores que rebajen la carga a los estudiantes.
El Institute for Higher Education Policy señala que esta escala del endeudamiento representa un fracaso a la hora de afrontar la desigualdad que domina en el sistema educativo en EE UU. Un cambio legislativo que permita aliviar la situación cancelado parte de la deuda, según cálculos del Levy Economics Institute, aportará cerca de 100.000 millones al crecimiento económico cada año.