24 de octubre de 2017 – Washington – Agencias.
Donald Trump niega la existencia del cambio climático. Pero la ciencia y los datos le refutan. Un nuevo informe publicado este martes por la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO por sus siglas en inglés) concluye que el gobierno de Estados Unidos se ha gastado más de 350.000 millones de dólares en sus respuestas a los cambios extremos de temperaturas como inundaciones o incendios.
En el documento, GAO solicita a Trump que utilice la información provista para “elaborar respuestas federales apropiadas” así como identificar los riesgos potenciales que supone el cambio climático para la estabilidad del país. La agencia gubernamental también estima que el ascenso de las temperaturas podría causar hasta pérdidas de 150.000 millones de dólares para 2099.
El estudio, finalizado tras dos años de entrevistas con expertos y análisis de decenas de documentos, es el último recordatorio de las graves consecuencias económicas —además de medioambientales— para EE UU. En los últimos meses, los huracanes Harvey, Irma y María han azotado con fuerza el país en Texas, Florida y Puerto Rico, respectivamente, causando daños irreparables o altamente costosos para la Casa Blanca. Esta semana el Senado votará un paquete de ayuda de 36.500 millones de dólares para el Oeste del país tras los devastadores incendios en California la semana pasada, que causaron la muerte de más de 40 personas, la pérdida de 8.400 edificaciones y un coste de 1.000 millones de dólares.
Pese a las recomendaciones y los datos, hay pocas esperanzas de que Trump interceda. Durante su ascenso al poder, en 2016, el republicano que ahora ocupa el despacho más importante del mundo afirmó que el cambio climático era un fenómeno inventado por los chinos. En su todavía corto mandato, el presidente ha retirado a Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático —un pacto al que están suscritos todas las naciones del mundo menos tres— y colocado a un negacionista del calentamiento global frente a la agencia medioambiental. Sus decisiones en esta materia han sido ampliamente rechazadas por científicos y académicos de primer nivel, que temen que las políticas proteccionistas de Trump y favorables hacia industrias como la minera puedan suponer un retroceso en el avance hacia soluciones para preservar el medioambiente.
El gasto durante la última década corresponde a menos del 1% del Producto Interior Bruto (PIB) del país, por lo que tampoco se teme que Trump vaya a recortar los recursos dedicados a solventar las emergencias causadas por los fenómenos naturales.