5 de agosto de 2020 – Nueva York – EFE.
Trabajadores del sector de la restauración de Nueva York, arrasado desde que la pandemia de COVID-19 hizo de la gran urbe su epicentro, reclamaron este miércoles al Gobierno de EE.UU. que amplíe las ayudas al desempleo que expiraron el viernes pasado sin un reemplazo e invitaron a la movilización para defender sus derechos frente a la precariedad.
En la icónica plaza de Times Square, vacía de turistas en pleno agosto, varias decenas de personas se concentraron para alertar sobre la situación “de riesgo” que atraviesan al haber perdido una prestación semanal de desempleo de 600 dólares mientras los legisladores debaten un nuevo paquete de estímulo que no llega e incluso podría rebajar esa cifra a 200.
De los 32 millones de desempleados en EE.UU., la Asociación Nacional de Restaurantes calcula que unos 8 millones son empleados de ese sector que están despedidos o suspendidos de sueldo, una “sobrerepresentación” que podría agravarse en los próximos meses ante las dificultades de los pequeños negocios, sobre todo los de inmigrantes y minorías étnicas.
Según una reciente encuesta de la Alianza de Hospitalidad de Nueva York, el 83 % de los restaurantes, bares y establecimientos nocturnos de la ciudad no pudieron pagar entero el alquiler de su local en julio y los propietarios en su mayoría no se ofrecieron a renegociar ni a condonar parte, lo que amenaza su “supervivencia y viabilidad de futuro”.
“Aunque estamos aquí para pedir la extensión de los 600 dólares para cada trabajador desempleado, esto solo es el comienzo. El desempleo va a ser una característica de la vida en este país en los tiempos que vienen, y queremos organizarnos como trabajadores”, dijo Natalia Tylim, una activista del ente político Democratic Socialists of America (DSA), que convocó la protesta.
Tylim, neoyorquina de origen argentino, explicó a Efe que llevaba 10 años trabajando en un restaurante del West Village cuando llegó la pandemia y quedó en un “limbo” sin sueldo, por lo que se implicó en un “proyecto para organizar a los restaurantes” del DSA y “pensar en una solución desde el punto de vista de los trabajadores frente a la restructuración que se va a producir”.
De acuerdo al grupo, los trabajadores de la restauración tienen un “desempleo precario porque tienen un trabajo precario” y no están generalmente organizados en sindicatos ni disfrutan de beneficios sanitarios, por lo que las tímidas reaperturas económicas que amenazan con interrumpirse, aunque no de momento en Nueva York, hacen poco para mejorar la situación.
“Cuando los restaurantes fueron forzados a cerrar, esto tuvo un impacto desproporcionado” en los trabajadores que se dedican a servir, señaló Tylim, ya que muchos de ellos en buena parte dependen de las propinas y “no tienen técnicamente unos ingresos declarados para decir que cualifican para (beneficios de) de desempleo”.
“La industria de la restauración simplemente no va a abrir como antes, lo que significa que habrá una lucha sobre cómo será: cómo se restructurará el lugar de trabajo, nuestros empleos y nuestros salarios. Queremos usar este tiempo en el que estamos todos desempleados para pensar una solución”, subrayó la activista.
Entre los presentes estaba también Estefanía Galvis, una colombiana que trabajaba en restauración y al quedar sin trabajo luchó durante cuatro meses para obtener la ayuda de desempleo, pero no lo logró debido a la burocracia y cuando por fin iba a recibirla, encontró trabajo en una organización por los derechos de los inmigrantes.
“Aunque la gente haga todo lo necesario, el sistema pone obstáculos, así que no solo pedimos que amplíen el pago de la prestación sino que el sistema sea accesible y funcione. Esto afecta mucho a los inmigrantes y a los indocumentados, hay padres que no tienen dinero. Vamos a ver un gran aumento de desahucios”, sostuvo esta activista, que también alerta de los efectos en la salud mental.
Otra de las personas que se unió a la protesta era Keith James, que trabaja en “uno de los hoteles más grandes de la ciudad” y expresó con angustia su situación: “Por la gracia de Dios, esperamos que algo bueno ocurra para enero y que podamos volver todos al trabajo, porque lo necesitamos”.
El hotel donde trabaja y que prefiere no nombrar ha resultado especialmente impactado por la falta de turistas en el corazón de Manhattan, donde las obras de Broadway han sido canceladas hasta enero, lo que ha llevado a cerrar o a operar entre el 5 y el 10 % de su capacidad a los negocios de hostelería.
La protesta, que duró sobre una hora y tuvo lugar en la “pausa para el almuerzo” de algunos convocados, se trasladó después a las oficinas del senador demócrata Chuck Schumer, líder de la minoría en el Senado, para exigir que los legisladores lleguen cuanto antes a un acuerdo “antes de sus vacaciones” este viernes y cubran las necesidades de los desempleados “independientemente de sus estatus migratorio”.