El mandatario y el presidente del Parlamento exigen lealtad a los militares y llaman a una exhibición de fuerza este miércoles
1 de mayo de 2019 – Caracas – Agencias.
Las palabras pronunciadas la noche de este martes por Nicolás Maduro y Juan Guaidó describieron dos jornadas en las antípodas, un reflejo del profundo bloqueo político y de la gravísima crisis que sufre Venezuela. El mandatario chavista compareció al final de un día de vértigo que había comenzado, de madrugada, con la repentina liberación del dirigente opositor Leopoldo López en una operación liderada por el presidente del Parlamento y apoyada por un contingente de militares. Lo hizo para calificar lo sucedido de “escaramuza golpista”, advertir a los responsables de que no habrá impunidad y negar que tuviera intención de abandonar el país para irse a Cuba, como declaró el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.
Guaidó, reconocido como jefe de Estado interino por más de 50 países, llamó a mantener el pulso en la calle del país este miércoles, 1 de mayo. “Hoy Maduro no tiene el respaldo de las Fuerzas Armadas. Hoy es un día histórico para el país en este inicio de la fase definitiva de la Operación Libertad para el cese de la usurpación. Hemos visto que la presión, que la protesta genera resultados”, afirmó en un vídeo difundido poco antes de la comparecencia del sucesor de Hugo Chávez.
El dirigente bolivariano, acompañado del ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y del jefe de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, avisó de que “no puede haber impunidad”. “Tiene que haber justicia para que haya paz”, mantuvo, al tiempo que exigió lealtad absoluta a los uniformados. Aseguró que la mayoría de los militares que respaldaron la acción de Guaidó lo hicieron bajo engaño y que los que no le abandonaron a lo largo de la mañana ya están siendo investigados por la Fiscalía. Arremetió contra Guaidó y López, aunque no les amenazó abiertamente. “Los jefes políticos de la ultraderecha también andan de embajada en embajada”, dijo.
Al mismo tiempo, el líder del Parlamento se mostró convencido de la posibilidad inminente de un giro político y el comienzo de una etapa de transición. “Podemos lograr el cambio en Venezuela; mi agradecimiento a la comunidad internacional por el respaldo determinado y el llamado a la Fuerza Armada a seguir avanzando”, continuó. Hoy sus fuerzas se medirán de nuevo en las plazas venezolanas, donde también el chavismo pretende desfilar con ocasión del Día de los Trabajadores.
En cualquier caso, la crisis institucional del país se aceleró este martes en tan solo unas horas y llevó la tensión entre el régimen de Nicolás Maduro y la Asamblea Nacional a un aparente punto de no retorno. Guaidó activó una ofensiva contra el aparato chavista que pretende forzar la renuncia del jefe del Gobierno a través de la movilización permanente. Lo hizo con un llamamiento a los militares y la población apoyado en un golpe de efecto de alto riesgo.
Pese al llamamiento contra el régimen, la respuesta de los venezolanos fue desigual, se contuvo con el paso de las horas y se estrelló contra la pared de los choques violentos. La jornada se saldó con más de 50 heridos por los duros enfrentamientos entre chavistas, cuerpos de seguridad y opositores. Hubo episodios de violencia y represión cerca de la base de La Carlota, donde una tanqueta arrolló a varios manifestantes. Después, la tensión se trasladó al este de Caracas, una zona en su mayoría opositora. Guaidó y López arengaron a sus seguidores para que salieran en masa a manifestarse contra Maduro, pero las movilizaciones no tuvieron el resultado esperado.
El exalcalde opositor optó por pedir protección en la Embajada de Chile, según confirmó la Cancillería de ese país, aunque horas más tarde se trasladó a la embajada española, según confirmó el Gobierno español. El ministro de Exteriores de Chile, Roberto Ampuero, informó más tarde de que López se había trasladado junto a su esposa a la misión diplomática española por una “decisión personal”.
Guaidó no ha renunciado a disputar al régimen el respaldo de las Fuerzas Armadas. La liberación de López demuestra que logró la complicidad de algunos militares, incluso de miembros de los Servicios Bolivarianos de Inteligencia (Sebin). Sin embargo, pese al goteo de deserciones que se producen desde finales de febrero, la mayoría de los mandos siguen fieles al Gobierno. “Hoy, valientes soldados, patriotas, valientes hombres apegados a la Constitución, han acudido a nuestro llamado. Nos hemos encontrado definitivamente en las calles de Venezuela”, había dicho el rival de Maduro en un vídeo difundido al filo de las seis de la mañana. “Hoy se vence el miedo. Hoy como presidente encargado, legítimo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, convoco a todos los soldados y a toda la familia militar a acompañarnos en esta gesta. En el marco de la lucha no violenta que hemos hecho en todo momento”, enfatizó el dirigente de Voluntad Popular, el partido al que pertenece el exalcalde de Caracas. López indicó que su liberación se produjo después de un “indulto presidencial” de Guaidó a todos los presos políticos, una decisión a la que no se opusieron los agentes de la inteligencia que lo custodiaban.
Ambos llevaron el órdago más allá al alejarse de la base militar, que desde primera hora estuvo rodeada por las fuerzas de acciones especiales de la Policía, para darse un baño de masas en varias zonas de la capital. “Pueblo de Venezuela, es necesario que salgamos juntos a la calle a respaldar a las fuerzas democráticas y a recuperar nuestra libertad. Organizados y juntos movilícense hacia las principales unidades militares”. Este fue su llamamiento, lanzado desde las redes, para tratar de debilitar a Maduro. Si finalmente ese desafío, que pretende mantener este miércoles, se apaga y se convierte en la enésima falsa alarma, Guaidó y López se enfrentarán previsiblemente a una dura respuesta del régimen, que tendría por su parte que tomar una decisión difícil. De Maduro dependería, en última instancia, resolver esta crisis agudizando el conflicto o dejando que se desinfle.