13 de noviembre de 2017 – Beirut – Agencias.
Al menos 53 civiles, entre ellos varios menores, han muerto este lunes en tres bombardeos aéreos contra un mercado en Atareb, una localidad bajo control rebelde en el norte de Siria, según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). La ONG no ha podido precisar si los bombardeos aéreos han sido obra del régimen de Bachar El Asad o de su aliado ruso.
El Observatorio advirtió de que la cifra de víctimas puede seguir aumentando porque hay muchos heridos, entre ellos algunos en estado grave. La localidad de Atareb está situada 25 kilómetros al oeste de Alepo, reconquistada por el régimen el pasado diciembre tras más de cuatro años de intensos combates. Atareb se encuentra a esa misma distancia de la frontera turca.
Tras los ataques, un fotógrafo que colabora con la agencia France Presse ha informado de escenas de pánico entre los habitantes que intentaban evacuar a los heridos. “La destrucción es masiva”, ha explicado a AFP. Entre los escombros, miembros de protección civil se sumaban a los habitantes para tratar de ayudar a las víctimas. En otro lugar, entre cuerpos alineados en el suelo, el fotógrafo explicó haber visto los restos parcialmente tapados de tres niños, con la cara salpicada de sangre. En el mercado, otros habitantes, visiblemente aturdidos, permanecían frente a los puestos de frutas y verduras, cubiertos de polvo.
Las fuentes sobre el terreno en las que se basa el OSDH tratan de identificar a los autores de los bombardeos en función del tipo de avión, su localización y la munición empleada, aunque en esta ocasión no han sido capaces de determinar si los aviones eran rusos o sirios. La coalición internacional liderada por Estados Unidos que también interviene en Siria está descartada porque su objetivo es el ISIS, que no tiene presencia en la zona.
En cuatro áreas de Siria hay instauradas zonas de distensión, donde en principio las fuerzas del régimen y los rebeldes deben respetar un alto el fuego. Una de esas zonas incluye la provincia de Idlib, la única cuya capital no está controlada por el régimen, así como una parte de las provincias vecinas de Hama (centro), Alepo (norte) y Latakia (oeste).
Desde el inicio de la guerra en Siria en 2011, más de 330.000 personas han muerto y millones se han visto obligados a abandonar sus hogares. En los últimos tres años de conflicto, en torno a 10.000 civiles han muerto por los bombardeos de las aviaciones siria, rusa y de la coalición internacional, según Airwars. La intervención aérea liderada por Estados Unidos comenzó hace tres años y la aviación rusa empezó a bombardear en zonas no controladas por Damasco en septiembre de 2015.