23 de octubre de 2024 – Lima – EFE.
Varios mercados en Lima y otras ciudades peruanas permanecieron cerrados este miércoles, y el transporte público operó con mínima capacidad, debido al inicio de un paro convocado por diferentes gremios para protestar contra la creciente ola de sicariato y extorsiones en el país.
En la capital, solo algunas líneas de transporte, como los corredores del sistema Metropolitano, circulaban por ciertas avenidas, mientras que en las zonas sur y norte de Lima, muchas personas se agolpaban en busca de colectivos informales.
En Villa María del Triunfo, un grupo de manifestantes bloqueó el paso de vehículos, obligando a los pasajeros de una camioneta a descender para unirse a la protesta. En Puente Piedra, otro grupo se reunió para participar en la movilización que se dirigía al Congreso, exigiendo la derogación de una ley sobre crimen organizado que consideran perjudicial.
La actividad en el mercado de productores de Santa Anita fue suspendida, y otros mercados en ciudades como Huancayo también cerraron.
Para garantizar la seguridad, la Policía Nacional desplegó 13,000 agentes en diversos puntos de la capital, con el apoyo de las Fuerzas Armadas en distritos en estado de emergencia desde septiembre.
Ante la paralización, los centros educativos optaron por clases remotas, y el Ministerio de Trabajo otorgó una tolerancia de cuatro horas para la entrada de trabajadores.
Los hospitales del seguro social Essalud y otros establecimientos de salud también informaron sobre la reprogramación de citas médicas para aquellos que no pudieran asistir.
En una ceremonia oficial, la presidenta Dina Boluarte expresó su solidaridad con los ciudadanos que participan en la paralización, pero subrayó que su gobierno no detendrá su lucha contra la delincuencia.
Aseguró que “cada día caen más delincuentes que viven de la extorsión” y que pronto serán capturados sus líderes.
Boluarte pidió unidad en la lucha contra la delincuencia organizada y, por su parte, el ministro de Trabajo, César Maurate, advirtió que las paralizaciones generan “millones de pérdidas” para el país y afectan la producción nacional, enfatizando que ningún país ha salido de la pobreza a través de paros.
