28 de enero de 2025 – Ciudad de México – EFE.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que el país ha recibido deportados de diversas nacionalidades desde Estados Unidos, especialmente durante la primera semana de la administración de Donald Trump. Sin embargo, negó que México se haya convertido en un “tercer país seguro”.
Sheinbaum explicó que México mantiene una comunicación constante con otros países para coordinar el manejo de los migrantes que llegan, tal como se ha hecho en gobiernos previos. Aclaró que no es algo nuevo, sino parte de una práctica habitual en la que el gobierno mexicano colabora en casos de deportación de personas extranjeras.
Esta declaración surgió después de que la oposición criticara a la mandataria por informar que, entre el 20 y el 26 de enero, México había recibido 4,094 deportados, no todos de nacionalidad mexicana. La presidenta destacó que su gobierno es humanista y que, en administraciones pasadas, México también ha recibido a migrantes de otras naciones.
Sheinbaum defendió la postura humanitaria de México, especialmente en situaciones de emergencia, como el frío extremo en Ciudad Juárez, donde las condiciones no permiten dejar a las personas sin asistencia. Afirmó que esta acción de cooperación internacional no es algo reciente ni exclusivo del gobierno actual, sino una práctica común en la relación entre ambos países.
La mandataria también resaltó que la situación de México no es comparable con la de El Salvador, que está negociando con Estados Unidos un acuerdo de “tercer país seguro”. A través de este acuerdo, Estados Unidos podría deportar a migrantes a El Salvador, incluidos supuestos miembros del crimen organizado, según algunos informes.
Sheinbaum subrayó que México mantiene una postura de coordinación con los Estados Unidos, pero sin someterse o subordinación a sus decisiones. Aclaró que, a diferencia de El Salvador, México no ha negociado acuerdos de deportación masiva ni ha aceptado ser considerado un “tercer país seguro”.
Ante una pregunta sobre la posibilidad de que México recibiera aviones militares con deportados, la presidenta respondió que, hasta el momento, las aeronaves que han llegado con deportados han sido de carácter civil. Esto se dio en el contexto de la preocupación por las deportaciones masivas prometidas por Trump durante su campaña.
Las deportaciones masivas, en especial las que afectarían a los migrantes mexicanos, son una fuente de preocupación debido al impacto económico que tienen. México es el país de origen de aproximadamente la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, y las remesas enviadas desde allá representan casi el 4% del PIB de México, lo cual resulta crucial para la economía.
Por ello, el gobierno de Sheinbaum ha buscado dialogar con otras naciones latinoamericanas para que reciban directamente a sus deportados sin necesidad de pasar por México. La mandataria destacó que esta estrategia busca proteger la soberanía del país y promover el respeto por los derechos de los mexicanos.
En cuanto a la política migratoria, Sheinbaum enfatizó que México actuará con dignidad y responsabilidad, buscando siempre el diálogo con otros países y defendiendo su soberanía. Reiteró que su gobierno tiene como prioridad asegurar el bienestar de los mexicanos, mientras respeta y actúa conforme a las normas internacionales.
Con esto, Sheinbaum reafirmó que la postura de su gobierno no está enfocada en ceder ante las presiones de Estados Unidos, sino en mantener un enfoque soberano que priorice los intereses y derechos de los ciudadanos mexicanos, a la vez que mantiene una comunicación abierta y coordinada con otros países de la región.
