Algunos inmigrantes centroamericanos rechazan la ayuda y prefieren seguir su camino al norte
26 de octubre de 2018 – México / Arriaga (Chiapas) – Agencias.
México ha tardado una semana en reaccionar a la caravana migrante que se enfila al norte. El ingreso de aproximadamente 6.000 centroamericanos, la mayoría proveniente de Honduras, se había traducido en una crisis para el Gobierno mexicano por la presión ejercida por Donald Trump para frenar la marcha de aquellos que han huido de la pobreza y la violencia. Este viernes, el presidente Enrique Peña Nieto ha ofrecido un programa especial para atender a los inmigrantes y, de paso, desactivar un problema que crece en el ocaso de su sexenio.
El mandatario mexicano ha anunciado el plan Estás en tu casa, que pretende otorgar atención médica, educación, empleo temporal y una identificación (una Clave Única de Registro de Población Temporal para Extranjeros, la CURP) a quienes han cruzado recientemente el río Suchiate para dirigirse al norte. “Este plan solamente es para quienes cumplen con las leyes mexicanas y es un primer paso hacia una solución permanente para aquellos que obtengan la condición de refugiado en México”, ha señalado en un mensaje Peña Nieto, a quien le restan 36 días en el poder.
El anuncio del presidente mexicano llega 24 horas después de que Trump calificara el paso de la caravana como “emergencia nacional” y advirtiera con la movilización de 800 soldados a la frontera común para contener a los hondureños junto a dos millares de elementos de la Guardia Nacional. El republicano, en plena campaña electoral rumbo a las intermedias, también estudia una orden ejecutiva para cerrar la frontera a los peticionarios de asilo.
El Gobierno de México ha impuesto algunas restricciones para acceder a estos beneficios. La primera es que los solicitantes deberán encontrarse en Oaxaca y Chiapas, dos entidades del sur del país que han servido de puerta de entrada a quienes se dirigen al río Bravo. La segunda es que las personas que soliciten la ayuda, y sus familiares, ya hayan registrado su ingreso o su petición de refugio ante el Instituto Nacional de Migración. El presidente mexicano ha dicho que podrán acercase a las autoridades quienes arribaron a territorio nacional en la caravana migrante o quienes llegaron “previamente” al país. Los trámites serán gratuitos, anuncia la Secretaría de Gobernación.
La CURP que expedirá el Gobierno a los inmigrantes servirá para entrar y salir de los albergues y obtener atención en las clínicas de salud locales. Además, la Administración destinará dinero a los programas de empleo temporal en Oaxaca y Chiapas para emplear a los inmigrantes en cuadrillas de reparación de infraestructura y carreteras.
Una lectura equivocada
“Es una oferta tentadora, pero me temo que los centroamericanos no están buscando eso”, explica Eduardo González, profesor de Ciencias sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Este académico, experto en Migración, considera que la medida es mejor que negarles el ingreso. Sin embargo, el Gobierno no hace una lectura adecuada del fenómeno. “Lo que piden es una condición segura para seguir su tránsito por el país hasta la frontera con Estados Unidos”.
Esta idea encuentra eco en la vanguardia de la caravana, que se apresta a continuar su camino en Arriaga, Chiapas. “La verdad es que tenemos el sueño americano”, explica Erlin Lucero, un inmigrante hondureño de 21 años. “Allá se gana en dólares y eso vale más que las lempiras y que el peso mexicano”, agrega. “No es una mala oferta, pero creemos que hay más trabajo en Estados Unidos, por eso seguimos pensando en ir allá”, coincide Hugo Pineda, de 32 años.
Uno de los voceros de la caravana, Irineo Mujica, pidió no limitar el plan a los Estados de Oaxaca y Chiapas. Además, los inmigrantes centroamericanos han solicitado una reunión con Peña Nieto y su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, en Ciudad de México. La caravana podría llegar a la capital mexicana el viernes 2 de noviembre, en medio de las celebraciones por el Día de Muertos.
González, el experto del Tecnológico de Monterrey, cree que Washington ha externalizado su frontera en Oaxaca y Chiapas. “Estados Unidos presiona para que la detención de los migrantes se haga en el sur de México”, afirma. Este modelo es replicado en otros países. España, por ejemplo, hace lo mismo con su vecino Marruecos para mantener controlados los cruces en Ceuta y Melilla. Recientemente, el secretario de Estado de Donald Trump, Mike Pompeo, visitó México para urgir a las autoridades locales a frenarle el paso a los centroamericanos. El secretario de Gobernación (Interior) de Peña Nieto reveló en una entrevista que la administración republicana ofreció 20 millones de dólares para detener a los hondureños. El dinero fue rechazado, aseguró.
El plan del Gobierno mexicano levanta sospechas para algunos integrantes de la caravana. “Me suena a que solo va a permitirnos pasar por Chiapas y Oaxaca, y que si avanzamos más arriba no responde”, afirma Meidi Pérez, de 29 años, quien dejó Comayagua, en el centro de Honduras, por la falta de oportunidades. Está previsto que Arriaga, una pequeña ciudad de 40.000 habitantes, sea la última parada de los inmigrantes en Chiapas. La travesía continúa hacia San Pedro Tapanatepec, en el Estado de Oaxaca. Desde ese punto aún hay 3.000 kilómetros hasta la garita fronteriza de Tijuana, donde pretenden cruzar a Estados Unidos. No está claro si el ofrecimiento mexicano seguirá vigente si es que Trump cierra las puertas del sueño americano de los migrantes centroamericanos.