5 de noviembre de 2024 – Tapachula (México) – EFE.
Miles de migrantes comenzaron este martes una nueva caravana desde la frontera sur de México, con el objetivo de pedir que no se endurezcan más las políticas migratorias de Estados Unidos en el contexto de las elecciones presidenciales de este país. Esta acción tiene como trasfondo el temor de que, si el candidato republicano Donald Trump resultara vencedor, las restricciones a los migrantes aumentaran, como ocurrió en su anterior mandato.
Uno de los migrantes, Ehison Díaz, originario de Venezuela, expresó que muchos de los que forman parte de esta caravana temen las políticas migratorias de Trump, quien ha sido un firme opositor a la inmigración. Díaz, como otros en su situación, aseguró que, a pesar de su condición, solo buscan una oportunidad para trabajar y contribuir a la economía de Estados Unidos.
El grupo más grande de esta caravana, que lleva el nombre de ‘Niño Jesús’, está compuesto por hombres, mujeres y niños que decidieron salir de Tapachula con la esperanza de llegar a la Ciudad de México antes de que el nuevo presidente o presidenta de Estados Unidos asuma el cargo. Este desplazamiento se acelera en un intento por evitar que las políticas migratorias se endurezcan aún más.
La caravana partió poco después de las 06:00 horas locales, con un paso lento pero ordenado. Los migrantes se organizaron para avanzar sin prisa, con la intención de seguir un recorrido lo más tranquilo posible, sin generar conflictos en el camino. Sin embargo, al llegar al primer control migratorio, los migrantes hicieron sentir su voz.
En el retén del Ejido Viva México, los migrantes exigieron a las autoridades de migración que les proporcionaran los permisos necesarios para transitar libremente por el país. “¡Queremos papeles! ¡Queremos papeles!” gritaron mientras un agente les pedía que caminaran con precaución, tratando de mantener el orden en medio del reclamo.
Además de sus demandas de regularización, los migrantes portaban una manta blanca con letras rojas que rezaba “No más sangre Migrante”, en una muestra de solidaridad con aquellos que han perdido la vida en el camino hacia su destino. Esta frase resalta la dureza de las condiciones que enfrentan durante su travesía.
Nelson Mejía, un migrante hondureño que formaba parte de la caravana, expresó que salieron en este momento, coincidiendo con las elecciones de Estados Unidos, para evitar las políticas de Trump, a quien calificó de racista. Según Mejía, muchos migrantes siguen atrapados en Tapachula, esperando permisos que nunca llegan, a pesar de las promesas de las autoridades mexicanas.
El observador migratorio Luis Rey García Villagrán estimó que alrededor de 2.500 migrantes comenzaron esta caravana, pero con el paso de las horas, el número aumentó debido a la incorporación de personas de diversas nacionalidades, como China, Perú, Ecuador, Venezuela, Colombia, Honduras, El Salvador, Guatemala y Haití.
A medida que avanzaba la caravana, las autoridades mexicanas se mantuvieron presentes con un despliegue de seguridad, además de contar con equipos de rescate y paramédicos para documentar el avance del contingente. La coordinación de estas instituciones tiene como objetivo garantizar la seguridad y el bienestar de los migrantes a lo largo del recorrido.
Este martes también salió otro grupo de alrededor de 300 migrantes desde Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas. Esta situación forma parte de una tendencia creciente, ya que diariamente siguen llegando miles de personas desplazadas a México. En los primeros siete meses de 2024, más de 700.000 migrantes fueron detenidos en el país, según el Comité Internacional de Rescate.
La migración irregular a través de México ha experimentado un incremento notable, con un aumento del 193% en comparación con el año anterior. Esto ha resultado en un récord de más de 712.000 personas detenidas en su intento de cruzar el país, según la Unidad de Política Migratoria del Gobierno de México. Esta cifra refleja la magnitud de la crisis migratoria que sigue afectando a la región.