El protagonista de ‘Easy Rider’ falleció este viernes en su casa de Los Ángeles por fallos respiratorios a consecuencia de cáncer de pulmón
16 de agosto de 2019 – Los Ángeles – Agencias.
El actor Peter Fonda, conocido por la película Easy Rider, falleció este viernes a la edad de 79 años. Con un apellido de leyenda, Fonda tuvo una carrera errática de pequeños papeles y nunca escapó, ni quiso, la imagen de motero libre con la que forjó en 1969 uno de los iconos de los años sesenta y de la contracultura norteamericana.
Fonda falleció el viernes por la mañana por complicaciones respiratorias en su casa de Los Ángeles, como consecuencia de un cáncer de pulmón. La noticia la confirmó su hermana, la actriz Jane Fonda, en un comunicado: “En uno de los momentos más tristes de nuestras vidas, no tenemos palabras para expresar el dolor en nuestros corazones. Tras el duelo, esperamos que se respete nuestra vida privada”.
Nacido en 1940 en Nueva York, era hijo de Henry Fonda, los ojos de América, una de las más grandes leyendas del Hollywood. Peter comenzó a actuar en televisión después de cumplir los 22 y estuvo haciendo pequeños papeles toda la década de los 60 mientras. A finales de la década, se fue metiendo en el movimiento hippie y contracultural y apareció en dos películas de Roger Corman, de quien aprendió a hacer películas sin presupuesto.
En 1969, junto a Dennis Hopper y Jack Nicholson, estrenó Easy Rider, una película de colegas y carretera cuyas imágenes de libertad vendrían a definir el espíritu de aquel año y de su generación. Fonda y Hopper conduciendo sus motos por el desierto, con el sol en la cara y bañados con la canción Born to be wild quedó como una de las escenas más reconocibles de la historia del cine. Fonda fue nominado al Oscar al mejor guion.
Fonda hizo Easy Rider con 384.000 dólares, “lo mismo que le había costado a Roger Corman Los ángeles del infierno”, según recordaba este año en The Hollywood Reporter. Se rodó en siete semanas entre Los Ángeles y Nueva Orleans y fue un enorme éxito en salas. La película marcó en buena medida el camino para el cine independiente de la década siguiente.
Durante el resto de su vida, Fonda cultivó esa imagen de motero libre y contracultural californiano. Para una generación sería siempre Wyatt, Capitán América, subido en una moto, con gafas de sol y un casco de barras y estrellas. Dio entrevistas recordando anécdotas de aquel rodaje durante las cinco décadas siguientes. No volvió a hacer un papel con cierta trascendencia hasta la película El oro de Ulises, en 1997. Fue nominado al Oscar como mejor actor.
El actor preparaba un evento especial por el 50 aniversario del estreno de Easy Rider. El próximo 20 de septiembre iba a celebrar la efeméride en el Radio City Music Hall de Nueva York con una proyección en la que iba a estar él e iban a tocar en directo John Kay, de Steppenwolf, y Roger McGuinn, de The Byrds. Este año, el actor presentó la versión restaurada de la película en el Festival de Cannes, donde recibió el premio a la mejor ópera prima en 1969.
“Menudo viaje”, dijo el actor en aquella presentación, según lo recuerda Rolling Stone. “De una habitación de motel en Toronto en el 67 a armar ruido en la costa de Cannes en el 69. Una carrera loca por las escaleras del Palais hacia los libros de historia del cine. Buscábamos América. ¿La encontraríamos hoy? No lo creo. ¿Realmente la cagamos? Por supuesto. 50 años después, ¿la seguimos cagando? Por supuesto. Disfruten de la copia restaurada. Canten las canciones. Ríanse. ¡Recuerden el espíritu! Encuentren el amor”.