La niña y su padre fueron detenidos la noche del pasado 6 de diciembre al sur de Lordsburg (Nuevo México) tras entregarse a los agentes
14 de diciembre de 2018 – Agencias.
La crisis en la frontera con México tiene otro muerto. Un bautismo fúnebre en la figura de una niña guatemalteca de 7 años que respondía al nombre de Jackeline Caal. Había sido detenida por la Patrulla de Frontera de EE UU el 6 de diciembre. Según un comunicado oficial, presentaba síntomas de deshidratación y desnutrición severas. La pequeña fue localizada muy cerca de Lordsburg, en el Estado Nuevo México. Viajaba acompañada por su padre y formaban parte de un contingente de 163 inmigrantes indocumentados que se entregaron a las autoridades. Apenas ocho horas después Caal comenzó a sufrir convulsiones. Fue inmediatamente trasladada al hospital Infantil de Providence, en El Paso, mientras la fiebre subía hasta 41 grados. Nada más ingresar sufrió una parada cardiorrespiratoria. Aunque fue revivida, no superó la crisis y murió 24 horas después.
Andrew Meehan, portavoz de la Patrulla Fronteriza, ofreció su pésame al padre y la familia de la criatura. En unas declaraciones para «The Washington Post» explicó que «la patrulla hizo todo lo que pudo para salvar la vida de la niña en las circunstancias más difíciles imaginables. Como padres y madres, hermanos y hermanas, empatizamos con la pérdida de cualquier niño». Pero sus explicaciones no han convencido a los grupos defensores de los derechos humanos y piden una investigación independiente. Como explicaba el reportero del «Post», Nick Miroff, aunque la autoridad fronteriza tiene por norma dar comida y bebida a las personas bajo custodia, y aunque es preceptivo un examen médico, no está claro que la niña recibiera estos cuidados.