10 de octubre de 2019 – Agencias.
Prometiendo proteger a Medicare con “cada onza de fuerza”, el presidente Donald Trump se dirigió la pasada semana a un grupo entusiasta en Florida. Pero su orden ejecutiva hecha pública poco después incluye disposiciones que pueden alterar significativamente los pilares principales del programa facilitando a los beneficiarios y a los médicos optar por salir.
El resultado final: Los cambios propuestos puede hacer un poco más sencillo encontrar un médico que pueda atender a pacientes nuevos de Medicare, pero puede llevar a costos más altos para los adultos mayores y exponerlos potencialmente a facturas médicas sorprendentes, un problema del que Medicare ha protegido a los consumidores tradicionalmente.
“A menos que estas políticas sean pensadas muy cuidadosamente, el potencial para muy malas consecuencias no intencionadas es frontal y central”, dice el economista Stephen Zuckerman, vicepresidente de política de salud de Urban Institute.
Aunque la orden ejecutiva explica algunos detalles, promueve la remoción de “barreras innecesarias” para contratación privada que permite a los pacientes y médicos negociar sus propios tratos fuera de Medicare. Es un acercamiento apoyado por algunos conservadores, pero los críticos temen que pueda llevar a costos más altos para los pacientes. La orden también busca flexibilizar las reglas que afectan a los beneficiarios que deseen optar por no tener la porción hospitalaria de Medicare, conocida como parte A.
Ambas ideas tienen una historia larga, con proponentes y oponentes que lo han esquivado al menos desde 1997, incluso generando una propuesta legislativa irónica titulada en resumen “la Ley Buck Naked”. Hablaremos sobre otros detalles de la misma más adelante.
“Por un largo tiempo, las personas que no desean o no les gusta la idea de un seguro social han tratado de buscar formas para estar fuera de Medicare y los médicos han estado tratando de encontrar un modo para salir del pago de Medicare”, dice Timothy Jost, profesor emérito de Washington and Lee University School of Law en Virginia.
Los específicos no van a surgir hasta que el Departamento de Salud y Servicios Humanos escriba las reglas para implantar la orden ejecutiva, lo que puede tomar seis meses o más. Entretanto, le mostramos algunas cosas que debe conocer sobre los posibles cambios de Medicare.
¿Cuáles son las reglas actuales sobre lo que los médicos pueden cobrar en Medicare?
Actualmente, la inmensa mayoría de los médicos están de acuerdo en aceptar lo que les pague Medicare y no cobran a los pacientes por el resto de la factura, una práctica conocida como balance de facturación. Los médicos (y hospitales) se han quejado de que Medicare no paga lo suficiente, pero deben participar de todos modos. Aún así, hay margen para maniobrar.
Medicare limita el balance de facturación. Los médicos pueden cobrar a los pacientes la diferencia entre su factura y lo que Medicare permite, pero esos cargos están limitados a 9.25 por ciento sobre las tasas regulares de Medicare. Pero en parte, a causa de la papelería que conlleva para todas las partes involucradas, solo un pequeño porcentaje de médicos seleccionan esta opción.
Como alternativa, los médicos pueden salir de Medicare y cobrar lo que deseen. Pero no pueden cambiar su decisión y tratar de obtener nuevamente los pagos de Medicare por al menos dos años. Menos del uno por ciento de los médicos a través de la nación optan actualmente por salir.
¿Qué cambiaría la orden ejecutiva?
Eso es difícil de saber.
“Puede significar muchas cosas”, dice Joseph Antos de American Enterprise Institute, incluyendo la posibilidad de permitir que los adultos mayores hagan un contrato con un médico o compren un servicio que no es Medicare tradicional o el actual programa privado Medicare Advantage. “Exactamente qué parece eso no es tan obvio.”
Otros dicen que las reglas eventualmente pueden resultar en aumentar el 9.25 por ciento de tope en la cantidad que los médicos pueden facturar del balance a algunos pacientes. O las reglas relacionadas a la salida completa de Medicare pueden ser más flexibles de forma que los médicos no tengan que divorciarse del programa o se puedan mantener para algunos pacientes y no para otros. Eso puede hacer que algunos pacientes sean responsables de la totalidad de la factura, lo que podría inducir a confusión entre beneficiarios de Medicare, plantean algunos críticos de ese plan.
El resultado puede ser que “abra la puerta para facturación médica sorpresiva si las personas firman un contrato con un médico sin percatarse de lo que están haciendo”, dice Jost.
¿Tendrán los pacientes una mayor selección de médicos?
Los proponentes dicen que permitir más contratos privados entre pacientes y médicos motivaría a éstos a aceptar más pacientes de Medicare, en parte porque pueden obtener pagos más altos. Ese fue un argumento presentado por partidarios de varios proyectos de ley de Cámara y Senado en 2015 que incluían disposiciones de contratación directa. Todos fracasaron, al igual que un esfuerzo anterior a fines de 1990 apoyado por el entonces senador Jon Kyl (R de Arizona), quien argumentó que tal contratación daría a los adultos mayores mayor libertad para seleccionar médicos.
El entonces representante Pete Stark (D de California) se opuso a esa contratación directa, argumentando que los pacientes tenían menos poder en las negociaciones que los médicos. Para apoyar su planteamiento, presentó el “No Private Contracts To Be Negotiated When the Patient Is Buck Naked Act of 1997.”
El proyecto fue diseñado para ilustrar cuan desigual es el campo de juego al prohibir la discusión de o la firma de contratos privados en cualquier momento cuando “el paciente no tiene ropa y el médico está completamente vestido (y de forma inversa, para proteger los derechos de los médicos, cuando el paciente está completamente vestido y el médico está desnudo).” Tampoco este proyecto fue aprobado.
Sin embargo, la orden ejecutiva actual puede ayudar a contrarrestar una tendencia de que “muchos médicos hoy en día no están aceptando pacientes nuevos de Medicare”, dice Robert Moffit, un integrante senior de Heritage Foundation, un think tank conservador con base en Washington, D.C.
También puede motivar las prácticas boutique que operan fuera de Medicare y son accesibles principalmente a los adinerados, dice David Lipschutz, director asociado de Center for Medicare Advocacy.
“Es un regalo tanto para la industria como para aquellos beneficiarios que tienen riqueza”, dice. “Su utilidad es cuestionable para el resto de nosotros.”