La imagen fue tomada por el satélite Terra de NASA
26 de noviembre de 2018 – Agencias.
El incendio Woolsey en el sur de California ha dejado una cicatriz en el paisaje tan grande que es fácilmente visible desde el espacio.
El 21 de noviembre de 2018, Cal Fire informó que el incendio estaba contenido al 100 % y que había quemado casi 97,000 acres (393 kilómetros cuadrados o 152 millas cuadradas), aunque se prevé que la recuperación de los daños va a durar tiempo. Aún hoy hay miles de personas evacuadas a causa de los incendios en el estado.
El 17 de noviembre, el Radiómetro Avanzado de Emisión Térmica y Reflexión Espacial (ASTER) en el satélite Terra de la NASA adquirió la visión de la cicatriz de la quemadura dejada en el área por el fuego que aparece al inicio.
Los colores en la imagen infrarroja de color falso (bandas 3, 2, 1) se han mejorado para simular un aspecto más natural. La vegetación quemada aparece parda y la vegetación no quemada aparece verde. Los edificios, carreteras y otras áreas desarrolladas aparecen de color gris claro y blanco.
Otros datos satelitales de la NASA han contribuido a los mapas preliminares de gravedad de las quemaduras para esta área, que ayudan a los administradores de incendios a planificar la recuperación en toda la zona quemada.
Por ejemplo, en el siguiente video puede apreciarse cómo las consecuencias para la salud se extienden mucho más allá del camino del fuego.
Millones de personas que viven en California han estado respirando aire insalubre mientras el fuego se combatía por miles de bomberos. La capa de humo que se extendió cerca de los dos mayores incendios llevó a codificar en rojo las alertas de calidad del aire en muchas comunidades, eventos cancelados y cierres de escuelas.
La animación de arriba, realizada por NASA, muestra las columnas de humo del incendio Camp que se transmiten por todo el norte de California, cubriendo San Francisco, Sacramento y otras comunidades. Al comienzo de la animación, también se ve humo de los incendios Hill y Woolsey en el sur de California. El humo persiste en el Valle Central a baja altitud debido a que las cadenas montañosas a ambos lados establecen inversiones de temperatura que evitan que los vientos dispersen fácilmente la contaminación.