17 de octubre de 2024 – Quito – EFE.
Quito, la capital de Ecuador, ha comenzado este jueves a mejorar su capacidad para convertir residuos en electricidad mediante la expansión de la planta de biogás gestionada por la empresa Gasgreen, parte de un grupo empresarial español, con una inversión de aproximadamente 6 millones de dólares.
La capacidad de la planta se incrementará de cinco a nueve megavatios, lo que permitirá abastecer de energía a más de 40,000 hogares. Esta fase final de la planta, ubicada en El Inga, el sitio de disposición de residuos de la ciudad, se abre en medio de una crisis energética que afecta al país, con cortes programados de hasta diez horas diarias.
Los apagones se deben a la incapacidad para satisfacer la demanda de electricidad nacional, causada por una grave sequía que afecta a las principales centrales hidroeléctricas del país andino. Gasgreen ha realizado una inversión directa cercana a los 20 millones de dólares en su planta de biogás en El Inga, que ha estado operando desde 2016.
La instalación tiene la capacidad de transformar aproximadamente 16,000 toneladas de metano al año, lo que equivale a unas 400,000 toneladas de dióxido de carbono anuales, una cantidad comparable a las emisiones de los automóviles de Quito en ese mismo periodo. José Aimar, presidente de Gasgreen, comentó que, aunque generan electricidad, su principal objetivo es la mitigación del impacto ambiental.
El gas producido por los residuos se captura y se utiliza como combustible en un generador que alimenta el sistema eléctrico nacional, en colaboración con la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs). Aimar destacó que los cuatro megavatios adicionales que se generarán operan continuamente, lo que proporciona sostenibilidad al sistema eléctrico ecuatoriano.
Además, Aimar mencionó que su empresa podría haber inaugurado hasta 50 megavatios, ya que ha presentado proyectos similares en diversas ciudades y propuestas para generar electricidad utilizando el gas asociado al petróleo en la Amazonía. Sin embargo, expresó su desilusión por el hecho de que algunos de estos proyectos no se han concretado.
A pesar de esto, se mostró optimista y dispuesto a seguir invirtiendo en energías renovables, destacando la capacidad y experiencia de su empresa. La ministra de Producción, Sónsoles García, también resaltó que el inicio de operaciones de esta planta es oportuno, dado el contexto energético actual y la necesidad de cambios sostenibles a largo plazo.
El embajador de España en Ecuador, Enrique Yturriaga, subrayó que esta planta demuestra que es posible lograr el desarrollo de un país mientras se protege el medio ambiente. Actualmente, el 72% de la generación eléctrica de Ecuador proviene de fuentes hidroeléctricas, lo que lo hace vulnerable a sequías prolongadas, clasificadas por el Gobierno como las peores en seis décadas.
