29 de julio de 2024 – Ciudad de Panamá – EFE.
El Ministerio Público de Panamá (MP, Fiscalía) informó este sábado que el equipo investigador completó la recuperación de 10 cuerpos de presuntos inmigrantes que murieron ahogados debido a una crecida en un río en una región del Caribe panameño cercana a la frontera con Colombia.
“La Personería (que realiza las funciones del MP) de la Comarca Guna Yala finalizó las gestiones para recuperar los cuerpos de 10 inmigrantes fallecidos por inmersión en Carreto”, indicó la Fiscalía en X.
El Ministerio Público aclaró que “ese es el número actual de víctimas recuperadas tras 3 días de operaciones junto a @senafrontpanama y @SENANPanama” (el Servicio Nacional de Fronteras y el Servicio Nacional Aeronaval).
El jueves, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, había declarado que el número de muertos era 16, pero más tarde la Presidencia corrigió a EFE confirmando que la cifra es “10”, como se había informado previamente el miércoles.
Las autoridades panameñas habían indicado que 10 migrantes “fallecieron ahogados” días antes en una zona del Caribe panameño, a donde llegaron desde Colombia a través de la selva del Darién en su ruta hacia Norteamérica.
La información proviene de testimonios de residentes de Carreto, quienes mencionaron que los migrantes fueron enterrados cerca del pueblo, mientras que reportes locales indican que el incidente ocurrió el 15 de julio pasado.
El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) sugirió que los cuerpos podrían haber sido “enterrados para ocultar vínculos con el tráfico de migrantes”.
Mulino señaló que la Fiscalía está investigando el caso, ya que enterrar los cuerpos “sin notificar a las autoridades es un delito”, y advirtió sobre los riesgos de desviarse de la ruta controlada establecida por Panamá para “canalizar” el flujo migratorio.
El incidente ocurrió en la “ruta de Carreto”, en el Caribe panameño, una vía más costosa, con un costo de hasta 550 dólares para un bote desde Capurganá, Colombia, y luego una caminata de dos a cuatro días a través de la selva para llegar a la comunidad indígena de Canaán Membrillo, según datos de 2023 de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Desde el 1 de julio, con la nueva Administración del presidente Mulino, se han implementado varias medidas para reducir el flujo de migrantes a través de la peligrosa selva del Darién, que ha sido atravesada este año por más de 216.000 migrantes, en comparación con más de 520.000 en 2023, según datos oficiales de Panamá.
Entre estas medidas, desde el 3 de julio Panamá ha instalado “barreras perimetrales” (vallas de alambre con púas) en aproximadamente 4,7 kilómetros del Darién, donde había al menos cinco pasos no autorizados, para “canalizar” a los migrantes a través de un “corredor humanitario”.
El Darién es una selva que actúa como frontera natural entre Panamá y Colombia, con 266 kilómetros de longitud. Los migrantes que la atraviesan enfrentan numerosos peligros, como crecidas repentinas de ríos, ataques de animales salvajes o grupos armados, que a menudo cobran por el paso, roban o cometen abusos sexuales.
