3 de junio de 2019 – Agencias.
Siempre he creído que todo lo que necesitamos como ser humano, como persona, se debe de conseguir como resultado de nuestro trabajo honesto. Esta consigna no se da en nuestros países de origen y ciertamente, aquí si se logra en gran parte.
Nosotros no necesitamos que nos regalen nada y si un político se ufana de haber conseguido algo para la comunidad, no debería de hacerlo, porque es su obligación, para eso fue elegido, para conseguir que la comunidad tenga los servicios a que tiene derecho: una excelente educación, un buen servicio de salud, protección adecuada, un trabajo justo y digno y momentos de sano esparcimiento, todo eso es un derecho que como ciudadanos debemos alcanzar, como dije aquí, se logra esto en gran medida y los que a costa del estado usufructúan beneficios sin realmente necesitarlos no están actuando correctamente. Vuelvo y digo, nosotros no necesitamos que nos regalen nada, claro que hay excepciones a la regla, como en todo; me refiero a personas incapacitadas o aquellas que por circunstancias de la vida se ven abocadas temporalmente a una pérdida de empleo o una enfermedad que no le permite trabajar, en estos casos, claro que necesitan beneficiarse de las ayudas que están establecidas para lograr superar esta particular situación, pero eso es muy distinto para el que no tiene ningún impedimento y puede trabajar, que usufructúa indebidamente de estos beneficios especificados para casos puntuales.
Con el fruto del trabajo honesto se puede conseguir una forma de vida digna sin que tengamos que esperar “regalos” de ninguna especie.
En muchos de nuestros países, los políticos de turno ofrecen dádivas a cambio de votos y los ciudadanos de esos países los aplauden porque les regalan tejas para sus casas o reciben dinero a cambio de votos o logran conseguir una escuela o un centro de salud para sus poblaciones; lo que ignoran esas personas es que los gobernantes fueron elegidos para trabajar en pro de las comunidades y es su obligación alcanzar estos servicios para todos, sin esperar nada a cambio y menos su voto como condición a obtener una escuela o un centro de salud, o un servicio de agua o luz o vías de comunicación, es su obligación con la comunidad que tiene derecho a estos servicios.
En muchos países latinos, los gobernantes de turno esperan reconocimientos de parte de la comunidad porque implementaron, por ejemplo, un sistema de salud o de educación al que nunca van a ir sus hijos, claro, eso es solo para la gente pobre, como si existieran dos clases de personas o lo que es peor como dijo alguien: “dos países” en la misma nación. Parece ser que lo más importante para ellos es que la gente siga siendo pobre, de esa manera los pueden manejar más fácilmente, pero los tiempos cambian y muchos ciudadanos de esos países, gracias a los medios y las redes sociales, saben cuales son sus derechos y ahora pueden hablar y exigir pacíficamente a sus gobernantes el cumplimiento cabal de sus compromisos con la comunidad. Ya no se quedan callados y cada vez surgen más personas que sirven de interlocutores con su comunidad, no necesitamos que nos regalen nada, es una obligación de nuestros gobernantes conseguir para nuestras comunidades todo a lo que tenemos derecho: Educación de calidad, servicios de salud excelentes, protección adecuada, justo trato, igualdad de oportunidades, a cambio se obtiene como resultado: una comunidad trabajadora, honesta, solidaria, colaboradora, cumplidora de sus obligaciones, respetuosa de la ley y de verdad: Muy feliz.
El Director
Ing. Jairo Vargas
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