Alex Acosta, fiscal del caso sobre abusos sexuales del multimillonario en 2008, abandona el cargo en medio de la presión por el acuerdo alcanzado hace una década
12 de julio de 2019 – Washington – Agencias.
Alex Acosta no aguantó la presión. El secretario de empleo de la Administración de Donald Trump ha presentado este viernes su renuncia tras verse en el ojo del huracán por el papel que desempeñó como fiscal en 2008 en el acuerdo que le permitió al multimillonario Jeffrey Epstein eludir cargos federales. Entonces, el gestor de fondos era acusado de pagarle a menores para que le hicieran masajes, felaciones y otros actos de carácter sexual. El polvo del caso se ha removido porque el lunes Epstein fue acusado formalmente de tráfico sexual de menores y conspiración, cargos por los que puede ser condenado a 45 años de cárcel. Trump, acompañado de Acosta, hizo el anuncio esta mañana cuando salía de la Casa Blanca para un viaje a Wisconsin y Ohio. “Odio ver que esto suceda”, apuntó el mandatario.
El paso al costado de Acosta ha causado sorpresa porque hace menos de 24 horas el funcionario convocó a una rueda de prensa en la que durante 40 minutos defendió su actuar como fiscal del caso y afirmó que hasta que el mandatario no le pidiera la renuncia, él no abandonará el puesto. “Esto fue él, no yo. Yo estoy con él”, aclaró Trump. “No creo que sea correcto o justo que el departamento de Empleo haga que Epstein sea el centro de atención en lugar de la increíble economía que tenemos hoy”, dijo Acosta. “Sería egoísta permanecer en el puesto y continuar hablando sobre un caso que tiene 12 años”, agregó. La renuncia del funcionario se hará efectiva en siete días y Patrick Pizzella, actual subsecretario de empleo, asumirá de forma interina el puesto vacante.
La decisión de Acosta es un triunfo para los demócratas, que desde que Epstein fue detenido, pedían su renuncia por haber liderado el indulgente pacto de hace una década atrás. Entre 2002 y 2005, el multimillonario pagó a docenas de menores para que le hicieran masajes que acabaron muchas veces en abuso sexual, según las investigaciones. Como fiscal federal de Miami, Acosta negoció con los abogados del gestor de fondos para que se declararse culpable de haber prostituido a una menor, además de su ingreso al registro de delincuentes sexuales y 13 meses en prisión, en los que podía salir 12 horas al día, seis días de la semana. Con esto, el acusado eludía que se presentaran cargos federales en su contra, en los que arriesgaba ser condenado a cadena perpetua.
Otro motivo de cuestionamiento a la labor de Acosta en 2008 es que mantuvo el acuerdo en secreto a las víctimas para que, según él, no perdieran la compensación financiera. Este año, un juez federal dictaminó que los fiscales de Miami violaron los derechos de las víctimas al no notificarles que el acuerdo incluía que no se presentarían cargos federales. “El mundo de hoy trata a las víctimas de manera muy, muy diferente”, se excusó Acosta durante la comparecencia de este jueves, en la que no pidió perdón.
Epstein, de 66 años, se ha declarado no culpable de los cargos que se le imputan ahora. Actualmente se encuentra en prisión esperando una audiencia. “Durante muchos años, Jeffrey Epstein explotó sexualmente y abusó de docenas de niñas menores en su casa en Manhattan (Nueva York) y en Palm Beach (Florida), entre otros lugares”, describe el auto del gran jurado que detalla que el imputado sabía que eran menores de edad y que la víctima más joven tenía 14 años. Las pesquisas detallan que Epstein creó una trampa piramidal en la que las menores le llevaban a su casa a otras jovenes, recompensádolas con una paga extra.
El nuevo escándalo de Epstein ha recordado la amistad que mantenía con el presidente Trump en Palm Beach, Florida. El republicano lo describió en una entrevista en 2002 como “un tipo estupendo”. “Incluso se dice que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas son más jóvenes”, afirmó Trump para un reportaje de la revista New York. Ahora, la actitud es otra. Fuera de la Casa Blanca, el mandatario ha dicho este viernes que el “no respetaba” a Epstein, que “no era su admirador” y que nunca visitó su isla en Palm Beach. Sin embargo, hay registros de que el gestor de fondos sí visitó varias veces el lujoso club privado del neoyorquino en Mar-a-Lago.
Acosta se suma al largo listado de al menos 50 funcionarios de agencias federales o miembros de la Casa Blanca que han abandonado el cargo desde que Trump asumió como presidente hace menos de dos años. Con la renuncia del secretario de empleo, cuatro de las agencias del Gobierno ahora serán dirigidas por secretarios “en funciones” en lugar de personal confirmado por el Senado. Según una investigación de Kathryn Dunn Tenpas, académica de la Institución Brookings, el republicano tiene el récord de mayor rotación dentro de un gabinete y también dentro de la Casa Blanca.