14 de agosto de 2017 – Agencias.
Roscosmos, la agencia espacial rusa, está trabajando en poner en servicio la nave tripulada Federatsia, o Federación. Con capacidad para llevar a bordo hasta seis astronautas y 500 kilogramos de carga y un diseño y sistemas del siglo XXI –incluyendo un aseo de que carece la Soyuz– la idea es que sustituya a las venerables Soyuz, en servicio desde 1967.
Pero esto no quiere decir que las Soyuz dejen de ser útiles; de hecho son la nave espacial tripulada con más lanzamientos de la historia y con un diseño, convenientemente modernizado a lo largo de los años, extremadamente fiable que la convierten en la más segura y económica, aunque en cuanto al precio siempre estemos hablando de millones de euros.
Así que Glavkosmos, la agencia estatal rusa que se encarga de gestionar los asuntos espaciales, se está planteando utilizarlas como vehículo para el turismo espacial una vez que la Federatsia esté en activo. A fin de cuentas la inversión en investigación y desarrollo ya está hecha y sería una forma de aumentar los ingresos del programa espacial ruso.
La idea es que un tripulante profesional llevará a dos turistas espaciales –la Soyuz solo tiene capacidad para tres tripulantes– en misiones a órbita baja terrestre en la que permanecerían hasta diez días, que es el tiempo máximo que los sistemas de soporte vital de la cápsula permiten para una tripulación de tres personas.
La duración de la misión también dependerá, por supuesto, de lo que quieran o puedan pagar los turistas espaciales. Y no son baratas. Como ejemplo Guy Laliberté, el más reciente turista espacial, pagó unos 25 millones de euros en 2009 por viajar en una Soyuz hasta la Estación Espacial Internacional en una misión de 11 días.
Atracar en la EEI, por cierto, es algo que en principio la oferta de Glavkosmos no contempla. Aunque como casi todo en la vida, todo dependerá, de nuevo, del precio que quieran pagar los turistas espaciales. Claro que en este caso además tendría que contar con el visto bueno de los socios de la Estación. Y también se plantean modificar los sistemas de a bordo de la Soyuz para permitirle soportar misiones a la órbita lunar, misiones que obviamente serían aún más caras.
La gran diferencia con el turismo espacial que plantean Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos, el fundador de Amazon, o Virgin Galactic es que las misiones de las Soyuz serán orbitales y de varios días de duración, mientras que las otras serán subir y bajar, con un breve periodo de ingravidez.
En cualquier caso el primer lanzamiento de la Federatsia está previsto para 2022, aunque es casi seguro que se retrasará, como casi es de rigor en cualquier programa espacial, por lo que los interesados pueden empezar a ahorrar ya. Y nada puede evitar que de aquí a entonces este plan de aprovechar las Soyuz quede en nada.