Estado Islámico ha reivindicado el atentado perpetrado contra la sede de la organización no gubernamental que ha dejado tres trabajadores muertos
24 de enero de 2018 – Agencias.
La organización no gubernamenta Save the Children ha anunciado que se suspende sus programas de ayuda en Afganistán tras el ataque terrorista que ha sufrido hoy su sede en la ciudad de Jalalabad y en el que han muerto tres de sus trabajadores y otros cuatro han resultado heridos.
“Es con profunda tristeza que podemos confirmar que tres miembros del personal de Save the Children han muerto” y que otros “cuatro resultaron heridos en el ataque y están recibiendo tratamiento médico”, ha indicado la organización humanitaria, precisando que el resto del personal fue rescatado a salvo de su oficina.
El grupo terrorista Estado Islámico (EI) reivindicó el ataque contra la sede de Save the Children en la ciudad Jalalabad, en el este de Afganistán, en el que murió al menos un civil y otros 14 resultaron heridos.
Un mensaje difundido en Telegram por la agencia Amaq, vinculada a los yihadistas, indicó que la “operación de martirio” tenía como objetivo dos instituciones extranjeras, “una británica y una sueca”, y un organismo gubernamental afgano.
El ataque fue perpetrado cuatro terroristas suicidas, uno de ellos con un vehículo cargado de explosivos que detonó en la entrada del edificio de la organización no gubernamental, según el mensaje de Amaq, cuya autenticidad no ha podido ser verificada y que no aportó más detalles
El ataque comenzó a las 9.10 hora local (4.40 GMT), cuando un suicida hizo detonar los explosivos que portaba a la entrada del edificio y dio paso a un número aún no confirmado de asaltantes que empezaron a disparar.
Según las primeras informaciones, varios vehículos estacionados frente a la oficina de la ONG resultaron afectados y se encuentran en llamas.
La portavoz de Save the Children en Afganistán, Mariam Attaie, indicó a Efe que la organización no puede dar información por el momento sobre lo sucedido.
“Una vez que consigamos toda la información la compartiremos”, indicó.
Los grupos insurgentes armados y las organizaciones criminales tienen habitualmente entre sus objetivos a las organizaciones no gubernamentales en Afganistán, donde la situación de seguridad se ha deteriorado de manera considerable en los últimos dos años.
En octubre del año pasado, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció la reducción “drástica” de sus operaciones en el país tras varios ataques a sus instalaciones y la muerte de siete de sus trabajadores en ataques armados en nueve meses, entre ellos la española Lorena Enebral Pérez, de 38 años.
Nangarhar, provincia fronteriza con Pakistán, es una de las zonas más inseguras de Afganistán.
En ella operan los talibanes y el Estado Islámico (EI), que tiene en esta zona su principal bastión en el país asiático, y su capital es habitual escenario de ataques terroristas contra objetivos civiles.