El conservador Sebastián Piñera se impuso con claridad al candidato de la izquierda, Alejandro Guillier, en las elecciones presidenciales más polarizadas en la historia democrática. Sucederá por segunda vez a Bachelet
18 de diciembre de 2017 – Agencias.
Giro conservador en Chile. Sebastián Piñera se ha impuesto en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas ayer. Con un 99,86% de las mesas escrutadas, Piñera obtiene el 54,57% de los votos frente el 45,43% del aspirante oficialista, el socialista Alejandro Guillier. De este modo, Piñera, que ya gobernó entre 2010 y 2014, presidirá Chile entre 2018 y 2022 y sucede por segunda vez en la historia a Michelle Bachelet.
El Servicio Electoral registró en esta segunda vuelta un 49,11 % de participación de chilenos en los comicios (7.031.169 votantes), quienes emitieron 6.954.726 votos válidos; 56.399 nulos y 20.044 blancos.
En el cuartel electoral del candidato de Chile Vamos el ambiente de victoria era palpable al conocer los resultados parciales. «Recibimos estos resultados con mucha humildad; significan mucho», declaró Cristóbal Piñera Morel, hijo menor del candidato conservador. «Mi papá no es de las personas que se confía ni canta victoria antes de tiempo, pero está muy contento», añadió. La esposa del mandatario electo, Cecilia Morel, dijo sentirse muy feliz y contenta. «No pensé que la diferencia iba a ser tan enorme, pero así se han dado las cosas, y estamos muy agradecidos de la gente que confió en nosotros», declaró Morel.
Mientras, el senador Guillier admitió su derrota y reconoció que el candidato conservador es el triunfador de los comicios. «Quiero felicitar a mi contendiente, Sebastián Piñera, el nuevo presidente de la República, a quien ya llamé para felicitar por su impecable y macizo triunfo», dijo el aspirante oficialista al comparecer ante sus seguidores con más del 90% del voto escrutado, que arrojaba una diferencia cercana a los diez puntos entre ambos. «Una vez más el pueblo chileno ha ido a las urnas y ha resuelto por el voto popular nuestro destino. Ha sido una jornada electoral impecable que confirma que Chile goza de una democracia sólida, de un sistema electoral reconocido en el mundo entero», destacó el abanderado de Fuerza de la Mayoría.
“Hay que ser autocríticos. Hemos sufrido una derrota dura y en las derrotas es cuando más se aprende. Tenemos que levantar nuestro ánimo y salir a defender las reformas en las que creemos», alentó a los suyos Guillier, quien anunció una oposición «constructiva». La senadora socialista María Isabel Allende, hija del ex presidente Salvador Allende, manifestó que «la política no es solo de gestos», sino que también «hay convicciones y principios».
Aunque los dos candidatos proponían visiones diferentes de un país que pidió en la primera vuelta un cambio político, pero sin romper drásticamente con las reformas emprendidas por la socialista Bachelet, en las últimas semanas sus programas se han ido acercando en asuntos como educación gratuita y la reforma de las pensiones, un sistema heredado de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990). «Cualquiera de los dos candidatos que llegue al Palacio de la Moneda va a tener gobiernos muy difíciles porque hay un descontento generalizado con la élite política del país», advertía Marcos Moreno, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Central.
En un Parlamento que el pasado 19 de noviembre quedó muy fragmentado y sin ningún grupo con mayoría absoluta, Piñera tendrá que pactar con otras fuerzas para sacar adelante cualquier reforma. Tras unos años de ralentización, el futuro inquilino del palacio presidencial encontrará una economía en pleno crecimiento gracias sobre todo a la recuperación del precio del cobre, del que Chile es el principal productor mundial. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) prevé un crecimiento del PIB del 2,8% para 2018, después del 1,4% que vaticina para 2017, el más bajo en ocho años.
«Tenemos la firme convicción de que vamos a ganar estas elecciones y de que van a llegar tiempos mejores para todos los chilenos», sostuvo Piñera, candidato de la derechista coalición Chile Vamos, tras acompañar a votar a su esposa. «Las expectativas son altas. Vamos a ganar por dos o tres puntitos. Ésa es la confianza que tenemos», sostuvo, por su parte, Guillier en el momento de votar en Antofagasta, en el norte del país, donde reside y a cuya región representa en el Senado. Piñera votó entre aplausos de partidarios e insultos de detractores, mientras en Antofagasta desconocidos lanzaron a Guillier huevos cuando salía a la calle.
La presidenta Bachelet llamó a sus compatriotas a participar en la elección, bajo la premisa de que si hay algo que iguala a las personas es el voto y la posibilidad de elegir a quien gobierne. «Creo que en democracia uno tiene que responder haciendo oír su voz a través del voto. Mi único comentario es que si hay algo que nos iguala es el voto, es que podemos elegir quién será nuestro presidente», comentó la mandataria socialista, que se vio relajada y accedió a fotografiarse con decenas de personas que se acercaron a saludarla. Bachelet señaló que anoche, tras conocerse el resultado, felicitará al ganador y lo visitará hoy en su casa para desayunar con él, como es la tradición en Chile. Para ella, el auge de los partidos de izquierda, aunque fragmentados, en la primera vuelta, fue una señal de la aprobación de la ciudadanía a su agenda de reformas que le da un respiro tras el escándalo de su hijo.