26 de junio de 2024 – Washington – EFE.
El estado sureño de Estados Unidos ejecutó el miércoles a Ramiro Gonzales, un hombre condenado a la pena de muerte por haber secuestrado, violado y disparado mortalmente a una mujer de 18 años en 2001.
Gonzales, de 41 años, fue declarado muerto a las 18.50 hora local (23.50 GMT) después de recibir una inyección letal en la penitenciaría estatal de Huntsville.
Antes de la inyección letal, Gonzales utilizó sus últimas palabras para expresar su arrepentimiento a los familiares de la víctima, Bridget Townsend, cuyos restos no fueron encontrados hasta más de un año después de su desaparición de su hogar en el condado de Bandera en enero de 2001.
“No puedo describir con palabras el dolor que les he causado, el daño que he causado, lo que les he quitado y que no puedo devolver. Espero que esta disculpa sea suficiente”, dijo.
“Nunca dejé de rezar para que me perdonaran y esperaba algún día tener esta oportunidad de disculparme. Les debo mi vida y espero que algún día me perdonen”, agregó en sus declaraciones, que concluyó anunciando que “estaba preparado” para la inyección.
Gonzales secuestró a Townsend de una residencia rural en el condado de Bandera, al noroeste de San Antonio, y luego la llevó al rancho de su familia en el condado vecino de Medina, al oeste de San Antonio, donde la agredió sexualmente antes de matarla.
Mientras cumplía una condena por un delito no relacionado en 2002, Gonzales confesó la violación y el asesinato de Townsend y llevó a la policía hasta los restos de la víctima.
Gonzales hizo una última solicitud de clemencia antes de la ejecución, la cual fue denegada. En su petición, afirmaba que desde que ingresó al corredor de la muerte en 2006, había dedicado su vida al cristianismo y había servido como líder espiritual para otros condenados a muerte.
A principios de este mes, un grupo de 11 líderes evangélicos de todo el país pidió al gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, que detuviera la ejecución y concediera un indulto a Gonzales.
En un comunicado emitido el lunes, los abogados de Gonzales, Thea Posel y Raoul Schonemann, describieron a su cliente como “un hombre que hoy es, en casi todos los aspectos, una persona diferente de la que era cuando mató a Bridget Townsend en 2001, cuando él y la víctima tenían 18 años”.
La ejecución de Gonzales fue la segunda en Texas este año y la octava en todo Estados Unidos. El jueves, Oklahoma tiene previsto ejecutar a Richard Rojem por el secuestro, violación y asesinato de una niña de 7 años en 1984.
Desde que la Corte Suprema reintrodujo la pena de muerte en 1976, han sido ejecutadas 1.589 personas en Estados Unidos, 587 de ellas en Texas.