El presidente pide dejar sin sueldo a los deportistas que claman contra el racismo antes de los partidos
10 de agosto de 2018 – Washington – Agencias.
Mientras los jugadores de fútbol americano de la National Football League (NFL) hinquen la rodilla, Donald Trump no va a dar su brazo a torcer. El mandatario no soporta el gesto que realizan los jugadores durante el himno en señal de protesta por la violencia policial contra los negros y otras minorías en Estados Unidos. Desde septiembre de 2017, al año de que empezara esta práctica simbólica, Trump ha tildado de “hijos de puta” a quienes la han adoptado, ha llamado a boicotear la competición, ha presionado para que suspendan a los rebeldes y este viernes, por segunda vez, ha pedido que se los multe sin sueldo. La nueva ronda de ataques llegó un día después de que al menos cinco jugadores afroamericanos se arrodillaron o se quedaron en el vestuario durante la canción nacional en los partidos de pretemporada de la NFL.
“Los jugadores de la NFL están de nuevo en ello, arrodillándose cuando deberían estar de pie orgullosos ante el himno nacional. Numerosos jugadores, de diferentes equipos, quisieron mostrar su ‘indignación’ por algo que la mayoría de ellos son incapaces de definir. Ellos están ganando una fortuna haciendo lo que aman”, escribió Trump en su cuenta personal de Twitter. Parecía más calmado de lo normal respecto a un tema que se sabe le indigna. Pero vino el segundo tuit para despejar las dudas de si se había ablandado. “¡Sé feliz, sé bueno! Un partido de fútbol, por el que los aficionados están pagando mucho dinero por ver y disfrutar, no es un lugar para protestar. La mayoría de ese dinero va para los jugadores. Busca otra forma de protestar. ¡Mantente orgullosamente en pie por tu himno nacional o sé suspendido sin paga!”.
Después de que el jueves dos jugadores de los Miami Dolphins se arrodillaran y otro del mismo equipo levantara el puño, la NFL emitió un comunicado: “El himno se seguirá reproduciendo antes de cada partido, y se espera que todos los jugadores se pongan de pie durante la presentación de la bandera y la ejecución del himno. Los que no deseen hacerlo pueden optar por permanecer en el vestuario”, explicó el portavoz de la liga, Brian McCarthy.
En mayo, la liga de fútbol americano prohibió a los jugadores hincarse durante el himno, amenazando de que en caso de que ocurriese, los equipos serían multados. Dicha normativa permitía que si un jugador no quería escuchar de pie el cántico en señal de protesta, podía permanecer en el vestuario y entrar luego al terreno de juego. Así, nadie -especialmente Trump- se enteraría de su protesta contra el racismo. Pero a fines de julio la NFL congeló la orden y adelantó que se sentaría con el sindicato de jugadores a discutir la cuestión sin que por ahora se haya alcanzado un acuerdo. La reapertura del debate indignó al presidente. Y aunque no está dentro de sus obligaciones gubernamentales, propuso una solución: “La primera vez que se arrodillen, expulsados del partido. La segunda vez, fuera de la temporada y sin sueldo”.
Los conflictos entre el mandatario y los jugadores de la NFL han estado presentes desde que Trump llegó a la Casa Blanca. El gesto simbólico de no levantarse ante el himno lo inició en agosto de 2016 el afroamericano Colin Kaepernick, exjugador de los San Francisco 49ers, para denunciar la discriminación racial y las muertes de afroamericanos desarmados a manos de la policía. En partidos posteriores, el jugador se puso con una rodilla en el suelo, un gesto que proyectaba una imagen de respeto y a la vez de disidencia. Desde entonces otros han seguido su ejemplo y amenace cuanto amenace Trump o la NFL, no hay pistas de que vaya a acabar.