16 de octubre de 2017 – Agencias.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró hoy que cree que “Cuba es responsable” de los supuestos ataques sónicos que han sufrido 22 funcionarios estadounidenses en la isla caribeña, y que han desatado una crisis diplomática bilateral.
“Sí, creo que Cuba es responsable, sí lo creo”, dijo Trump durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
El mandatario no hizo más comentarios al respecto, más allá de asegurar que lo ocurrido en La Habana fue “un ataque muy inusual”.
El Departamento de Estado estadounidense no ha culpado por ahora al Gobierno cubano de los ataques y ha insistido en que desconoce “qué o quién” provocó esos incidentes, un tema que está investigando el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
No obstante, Washington sí acusa a La Habana de no haber cumplido con su obligación de garantizar la seguridad de los funcionarios estadounidenses en su territorio.
El Gobierno cubano, por su parte, ha negado toda responsabilidad en los incidentes y ha asegurado que los ha estado investigando desde que tuvo conocimiento de ellos, aunque se ha quejado de la falta de cooperación de las autoridades estadounidenses a la hora de compartir información y de la falta de pruebas de los sucesos.
La semana pasada, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, aseguró que, en su opinión, “el Gobierno cubano podría parar los ataques a los diplomáticos” estadounidenses en Cuba.
La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, dijo después que Kelly se refería probablemente a la obligación que el Gobierno cubano tiene, bajo la Convención de Viena, de “garantizar la seguridad del personal diplomático” extranjero.
Los “ataques” han hecho al Departamento de Estado a reducir al mínimo su personal en la embajada estadounidense en La Habana, lo que ha llevado a suspender la emisión de visados y limitar sus servicios consulares a trámites de emergencia.
Además, Washington ordenó la semana pasada la expulsión de 15 funcionarios de la embajada cubana en Washington, un paso que ha elevado las tensiones bilaterales, que ya habían aumentado a raíz de la llegada al poder de Trump en enero.