El presidente culmina su giro radical con la elección de John Bolton, exembajador ante la ONU entre 2005 y 2006, como nuevo secretario de Seguridad Nacional
22 de marzo de 2018 – Washington – Agencias.
La purga prosigue. El presidente Donald Trump ha forzado el cese del consejero de Seguridad Nacional, el general Herbert Raymond McMaster, y ha puesto en su lugar a John Bolton, un halcón de la era Bush. El anuncio, a dos meses de las conversaciones directas con Corea del Norte, completa la vertiginosa crisis de Gobierno iniciada a mediados de mes con la salida del consejero económico, Gary Cohn, y la destitución fulminante del secretario de Estado, Rex Tillerson. Los tres formaban el ala moderada de la Casa Blanca y el principal freno a la política ultranacionalista de Trump. Caídos, el presidente tiene ahora las manos libres para llevar adelante su programa más radical.
La salida del teniente general McMaster se daba por hecha. Incapaz de morderse la lengua, este antiguo héroe de guerra eran una voz respetada dentro y fuera de la Casa Blanca, pero chocó desde el principio con Trump, quien le encontraba demasiado alambicado y alejado de sus enunciados más rupturistas. Únicamente la admiración que el presidente siente hacia los militares de alta gradación y con experiencia en el campo de batalla, frenaron sus impulsos y, a la postre, le han garantizado una salida suave, en comparación con la sufrida por Tillerson, despedido sin previo aviso con un humillante tuit.
La Casa Blanca ha señalado que la marcha de McMaster, la segunda de un consejero de Seguridad Nacional en 14 meses, se hacía de mutuo acuerdo con el presidente. Pero no especificó cuál sería su futuro. El general tampoco lo aclaró, aunque avanzó que también abandonaba la carrera militar. “Después de 35 años de servicio a nuestra nación, he pedido mi retirada del ejército”, dijo en un comunicado facilitado por la Casa Blanca.
“H.R. McMaster ha ganado muchas batallas y ha ayudado a desarrollar nuestra estrategia de seguridad, revitalizar nuestras alianzas en Oriente Próximo y llevar a Corea del Norte a la mesa de negociación”, afirmó el presidente.
El sustituto de McMaster se ajusta a la nueva agenda de Trump. En un año con elecciones legislativas, el presidente quiere imprimir un giro a la derecha y llevar adelante su gran apuesta nacionalista. El fin del multilateralismo, las guerras comerciales, la ruptura de tratados como el de Irán y el uso de la amenaza militar configuran este programa.
Bolton, ex embajador ante la ONU con George Bush hijo, es conocido por sus tesis extremas en política internacional. Alineado con el director de la CIA y futuro secretario de Estado, Mike Pompeo, el nuevo consejero de Seguridad Nacional ha exigido la salida del pacto con Irán y no descarta, por ejemplo, la intervención militar en Corea del Norte. Un factor de enorme relevancia ante las conversaciones cara a cara que Trump ha aceptado mantener en mayo con el dictador norcoreano, Kim Jong-un.
Eliminados McMaster, Tillerson y Cohn, el último superviviente del ala moderada es el secretario de Defensa, el teniente general Jim Mattis. Amparado por su prestigio, Trump no habría osado moverle la silla. Pero ha quedado en minoría en un Ejecutivo controlado por los halcones y donde el liderazgo recae en Mike Pompeo, de quien se espera que su primer movimiento cuando asuma la Secretaría de Estado sea la retirada del acuerdo nuclear con Irán.
La crisis también ha permitido el ascenso del conservador y televisivo Larry Kudlow, en sustitución de Cohn, y la vuelta a la arena del consejero comercial, Peter Navarro, un ultranacionalista que ha impulsado la guerra tarifaria contra China y defiende la ruptura del Tratado de Libre Comercio con América del Norte.