TELEMUNDO – “Estamos estudiando muy seriamente el derecho a la ciudadanía por nacimiento”, ha asegurado este miércoles en la Casa Blanca el presidente, Donald Trump, retomando así su deseo de contravenir la Constitución para negar el derecho a ser estadounidense a las personas nacidas en Estados Unidos.
Aunque el presidente no ha detallado en qué consistiría su plan, no es la primera vez que expone una idea similar. El pasado mes de octubre planteó durante una entrevista la posibilidad de firmar una orden ejecutiva para poder negar la ciudadanía a los hijos nacidos en Estados Unidos de padres no estadounidenses.
“Somos el único país del mundo donde una persona viene, tiene un bebé, y el bebé es prácticamente un ciudadano de Estados Unidos (…) con todos sus beneficios”, dijo Trump, “es ridículo. Es ridículo. Y tiene que acabar”.
“Está en proceso. Y sucederá con una orden ejecutiva”, añadió, “siempre me dijeron que necesitabas una enmienda constitucional, pero ¿adivina qué? No lo es. “Definitivamente puedes hacerlo con una ley en el Congreso, pero ahora están diciendo que puedo hacerlo solo con una orden ejecutiva”, añadió, en referencia a los abogados de la Casa Blanca a los que supuestamente había consultado.
Trump ya prometió esta medida durante su campaña electoral en 2016. El problema es que sí hay una enmienda constitucional que protege este derecho, la número 14, que dice: “Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del estado donde residen”.
Para cambiar la Constitución no basta una orden del presidente o una ley aprobada por el Congreso: es necesaria que esta ley sea validada por dos tercios de la Cámara de Representantes (de mayoría demócrata) y del Senado (republicano), y que luego sea ratificada por dos tercios de los 50 estados.
La enmienda 14, promulgada en 1968, deja sin embargo abierto un espacio de debate por la frase “y sujetos a su jurisdicción”, puesto que podría significar que los bebés de inmigrantes indocumentados o de extranjeros no tienen ese derecho, según algunos expertos.
En cualquier caso, la Corte Suprema ha validado que así sea. Pero si Trump aprobara una orden presidencial y ésta fuera llevada ante la Corte Suprema de nueva, un nuevo dictamen podría cambiar esta interpretación de la Constitución.
Estados Unidos no es el único país con este derecho (conocido como jus solis), común en casi todo el continente, aunque no así en Europa.
El instituto de investigación Pew Research calcula que aproximadamente el 7,5% de los nacimientos en este país son hijos de indocumentados (hay unos 10,5 millones), y que 4,5 millones de estadounidense lo son precisamente de esta manera.