El Departamento del Tesoro de Estados Unidos contempla imponer la rebaja fiscal sin la autorización del Congreso
31 de julio de 2018 – Nueva York – Agencias.
Donald Trump quiere hacer a los ricos aún más ricos. El Tesoro de Estados Unidos está considerando nuevas medidas para extender el efecto de la reforma fiscal, recurriendo a los poderes de los que dispone para evitar la autorización previa del Congreso. La triquiñuela legal busca un cambio de las reglas que permitiría ajustar a la inflación el impuesto que se aplica a las ganancias de capital.
Por esta vía se recortarían los impuestos en 100.000 millones de dólares durante 10 años, precisa The New York Times. Se calcula que el 86% del beneficio de la rebaja irá a las rentas más altas. La medida está dirigida directamente a los inversores. La idea es que el valor de la inflación se sustraiga de la ganancia final obtenida por un activo, para de esa manera reducir el impuesto que se paga.
Steven Mnuchin ya anticipó en su pasada comparecencia anual ante los legisladores que se estaba analizando la manera de ampliar la rebaja de impuestos. El secretario del Tesoro, que suele ser de los miembros del gobierno de Donald Trump más favorables a negociar, está examinando sin embargo cómo su departamento podría utilizar su poder regulador para realizar el cambio en la legislación.
La teoría es que al recortar los impuestos, se ayuda a la formación de capital que se puede utilizar para volverlo a invertir y eso, a su vez, debería incentivar la creación de empleo. Jamie Dimon, consejero delegado de JPMorgan Chase, asegura que la reforma fiscal ya impulsa la actividad económica. “Se puede criticar al presidente de muchas cosas”, dice, “pero lo que hace está acelerando la economía”.
EE UU creció a una tasa anualizada del 4,1% en el segundo trimestre, el ritmo más alto en casi cuatro años. Donald Trump asegura que este año se logrará sostener un ritmo superior al 3%, el nivel que prometió durante la campaña electoral. Pero el efecto de la rebaja de impuestos empezará a desvanecerse hacia finales del próximo año, por eso el Tesoro ve necesario extender la medida.
Beneficio cuestionable
Mnuchin lo sugirió en un encuentro con la prensa durante la reunión del G20 en Argentina y el mes pasado en Wall Street Journal. El senador republicano Ted Cruz también planteó vincular las ganancias de capital a la inflación. Pero la mayoría conservadora está tratando de digerir la última rebaja de impuestos. Por eso si no puede lograrlo en el Congreso, el Tesoro utilizará otros “instrumentos”.
La idea y la manera de llevarla a la práctica está aún en una fase de estudio, porque se quiere entender cuál sería su impacto real en el crecimiento. Los resultados trimestrales revelan, de hecho, que las corporaciones están destinando buena parte de los ahorros logrados por la reforma fiscal a la recompra de acciones y a premiar a sus accionistas con incrementos en los dividendos, pero no a contratar.
La Cámara de Representantes está contemplando, por su parte, adoptar un segundo paquete fiscal este otoño. Ted Cruz, con el apoyo de Devin Nunes, están maniobrando para incluir su propuesta en el borrador presentado la semana pasada. Pero es muy poco probable que pueda entrar en vigor este año, porque para ello debería contar con el apoyo de algún demócrata en el Senado.
“Es echar más gasolina al fuego”, afirma el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, “es como un arma incendiaria”. Es su manera de advertir, asumiendo la doctrina tradicional de los republicanos, que la propuesta que se plantea ahora Trump funcionará como un “endulzante” que acabará elevando aún más un déficit público que está disparado y que alimenta más la deuda.