9 de noviembre de 2017 – San Francisco – Agencias.
Justo unos días antes de ir a votar, un ejército de agentes rusos que se hicieron pasar por usuarios de Twitter modularon el calado de las noticias sobre el entonces candidato Donald Trump para atenuar los escándalos. Su estrategia consistía en poner el foco en los errores de Hillary Clinton, especialmente en el caso de los correos electrónicos.
La injerencia rusa en la política internacional a través de las redes sociales comienza a ser más evidente a través de estos análisis, además de la investigación que lleva a cabo el Congreso de Estados Unidos, donde la pasada semana declararon los representantes legales de Facebook, Google y Twitter. El fiscal Robert Mueller sigue buscando evidencias para demostrar que Rusia interfirió de manera efectiva en la opinión y voto norteamericano.
El análisis de AP muestra los pasos seguidos para promover a Trump: reacción, desorden y distracción cuando salían a la luz noticias negativas sobre el magnate. En el informe examinaron más de 36.000 tuits lanzados entre agosto de 2015 y el 10 de noviembre de 2016. Todos ellos fueron publicados por 382 cuentas dadas de alta en Rusia.
La red social no se ha pronunciado sobre estos nuevos hechos, pero sí ha dado de baja los perfiles, de modo que no se pueden encontrar si no se salvaron antes en un archivo. Durante los últimos meses la agencia los almacenó para su estudio.
Uno d elos casos estudiados reveló que ante la repercusión que adquiría el vídeo en que Trump relataba cómo acosaba a mujeres, ellos potenciaron la filtración de Wikileaks de los correos hackeados de John Podesta, jefe de campaña de la demócrata. Perfiles como SpecialAffair y ScreamyMonkey (hoy desactivadas) replicaron los envíos de Julian Assange. Entre los temas difundidos para contrarrestar las críticas a Trump estuvo el resurgir el falso nacimiento de Barack Obama en Kenia, así como la neumonía que dejó a Clinton varios días fuera de combate durante la campaña.
En su declaración el pasado 1 de noviembre, Twitter reconoció que más de 2.700 cuentas tenían conexión con la Internet Research Agency de Rusia.