El animal halla a Joaquín Santos en el cerro Tronador, cerca de Bariloche, en la cordillera de los Andes
17 de enero de 2018 – Buenos Aires – Agencias.
La cordillera de los Andes es un imán para los viajeros aventureros, sobre todo, aquellos que viajan solos. Los extensos senderos rodeados de coihues y alerces, praderas cargadas de flores y enormes espejos de agua con cascadas hacen del parque nacional Nahuel Huapi -el segundo más grande de Argentina- un entorno irresistible para caminatas y andinismo. Las más de 700.000 hectáreas y la masiva concurrencia de público hace que muchos decidan inmiscuirse en el bosque sin reparos, incluso, sin registrarse en la administración de Parques Nacionales. Esa fue la imprudencia de Joaquín Santos, quien se perdió camino al cerro Tronador y fue hallado por un perro, este martes, tras diez días de búsqueda.
La travesía del joven de 28 años comenzó el 6 de enero, en dirección a un área conocida como Pampa Linda, ubicada a 90 kilómetros de la ciudad de Bariloche. Sin embargo, a poco de comenzar el periplo se perdió y terminó en un cañadón en el que permaneció varios días, hasta que encontró nuevamente el camino. Para ese momento, su rostro ya aparecía en portales y algunos medios de comunicación que se hicieron eco de la búsqueda.
Diez días después, Santos fue hallado cerca de las 17.30 en las proximidades de la laguna Ilon, donde acampó los últimos días, racionando la comida que llevaba consigo a 250 gramos por día. “Estoy bien, nunca perdí las esperanzas”, dijo el joven a la prensa, en la sala de emergencias del hospital de Bariloche, donde se le realizaron estudios y adonde fue llevado en helicóptero. “Seguía con intenciones de volver a hacer la carpa y seguir luchando por sobrevivir porque se entendía en una situación crítica, de emergencia”, contó uno de los rescatistas que lo encontró.
El aspecto del excursionista era bueno, salvo por las consecuencias lógicas del episodio que sufrió. El rigor de la montaña le dibujó oscuras ojeras y su cuerpo perdió mucho peso por la inanición. Tras varias jornadas de búsqueda infructuosa, la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche (CAX), sumó la colaboración del bombero voluntario Jorge Pereiro, llegado desde Córdoba. El fue quien guió a Kona, el perro ovejero alemán que siguió la pista del ingeniero informático oriundo de Buenos Aires.
Kona es un perro de venteo que, a diferencia de los de rastreo, trabajan con la cabeza levantada y no olfateando el suelo. Esto permite que detecte un área mucho más grande. El animal orientó a los rescatistas hacían un sendero en particular. Minutos después, corrió hacia un hombre que portaba una mochila. Fue en ese momento que lo identificaron y, al preguntarle si era él, el joven se mostró algo desorientado.
“Es probable que haya tenido una pérdida de ubicación temporal, además de espacial”, aclara Martín Raffo, jefe de la CAX. “El resultado fue el deseado pero podríamos estar hablando de un resultado distinto. Por una semana la gente que lo buscó dejó sus tareas y sus funciones y esto va más allá del resultado final”, advirtió el hombre, que resaltó que en la pesquisa también participaron funcionarios de Parques Nacionales, Prefectura, Policía y el ministerio de Seguridad.
“Anotarse en el registro de trekking es importante porque te da datos de contactos e itinerarios de la persona perdida, pero otra cosa importante es no hacer ninguna actividad de este tipo soledad, además de estar preparado técnica y físicamente, con el equipo adecuado. En este caso eso estuvo acertado, tenía el equipamiento suficiente”, recomendó Raffo, quien coordina el paso de aproximadamente 20.000 personas por temporada veraniega, con una o dos salidas semanales para efectuar rescates.
Y opinó: “Hay una cuestión social de que nos cuesta aceptar ciertas reglas. Vivimos en una sociedad a la que se le hace difícil acatar las normas si no es por imposición y la gente tiene que entender que si va con alguien va a pasarlo mejor y si le pasa algo, está resguardado”. En horas del mediodía de este miércoles, Santos fue dado de alta. El director del hospital zonal, Leonardo Gil, precisó que, al ingresar, presentaba “un cuadro de deshidratación leve a moderado”.