20 de mayo de 2025 – Londres – EFE.
Según un informe publicado por la revista médica The Lancet, los adolescentes a nivel mundial enfrentan problemas crecientes como el sobrepeso y las dificultades relacionadas con la salud mental, lo que exige la implementación de medidas urgentes para abordar estas cuestiones. El estudio alerta que, sin intervenciones específicas para 2030, más de mil millones de adolescentes seguirán viviendo en países donde los problemas de salud podrían afectar gravemente su bienestar.
Aunque las tasas de tabaquismo y consumo de alcohol han disminuido globalmente y la educación ha aumentado, especialmente entre las mujeres jóvenes, las enfermedades vinculadas a la obesidad y los trastornos mentales están aumentando en todas las regiones. Este informe destaca que los adolescentes actuales son la primera generación que vive en un entorno con condiciones climáticas más adversas y un acceso generalizado a las tecnologías digitales, lo que aumenta los riesgos para su salud.
Los adolescentes de países con ingresos bajos y medios, que representan más de una cuarta parte de la población mundial, soportan una parte desproporcionada de la carga de enfermedades a nivel global. El análisis señala que para 2030, más de mil millones de jóvenes de entre 10 y 24 años seguirán en países donde problemas tratables como la obesidad, la depresión o la mala nutrición seguirán amenazando su salud.
Sarah Baird, co-presidenta del estudio, ha destacado que la situación de los adolescentes se encuentra en un punto crítico, ya que en los últimos 30 años ha habido avances desiguales en cuanto a su bienestar. En algunos países de África y Asia, las tasas de obesidad han aumentado ocho veces, y a nivel mundial, los trastornos de salud mental entre los adolescentes están creciendo.
El informe también menciona que los desafíos que enfrentan los jóvenes podrían intensificarse debido a factores como la crisis climática, los conflictos internacionales y el aumento de la digitalización en la sociedad. Estos problemas, sumados a los ya existentes, generan una carga aún mayor sobre la salud física y emocional de los adolescentes.
Para mejorar la situación, The Lancet subraya la necesidad de priorizar la salud de los adolescentes a través de políticas e iniciativas, como el fomento de hábitos saludables en las escuelas. Aunque en la última década hubo avances en educación y la reducción del consumo de sustancias, muchos de estos progresos se han visto obstaculizados por la pandemia y la falta de financiación adecuada.
