16 de septiembre de 2025 – Salud – Agencias.
Un nuevo estudio sugiere que, contrario a la creencia popular, el yoga podría no ser tan eficaz como otras formas de ejercicio tradicional para mejorar la salud vascular. La investigación, publicada en Advances in Integrative Medicine, revisó una gran cantidad de evidencia para comparar los efectos del yoga con otras rutinas de ejercicio en adultos con estilos de vida sedentarios. El objetivo principal fue evaluar cómo estas actividades influyen en el funcionamiento de los vasos sanguíneos.
La función vascular se refiere a la capacidad de los vasos sanguíneos para entregar sangre a los tejidos. Su flexibilidad y capacidad para expandirse y contraerse son indicadores clave de la salud cardiovascular. Un estilo de vida sedentario y pasar mucho tiempo sentado deterioran el rendimiento vascular, lo que aumenta el riesgo de hipertensión, acumulación de colesterol y coágulos sanguíneos. La coautora del estudio, la Dra. Leena David, compara los vasos sanguíneos con mangueras de jardín, explicando que si se endurecen, aumenta el riesgo de infartos.
La investigación concluyó que otras formas de ejercicio, como el Tai Chi, el Pilates y el entrenamiento de alta intensidad por intervalos, ofrecen mejoras más consistentes en la función vascular para personas sedentarias. Aunque el yoga proporciona algunos beneficios, estos no son tan fiables como los de otras actividades. La Dra. David enfatiza que, si bien el movimiento es esencial, el tipo, la intensidad y la constancia son factores clave para la salud vascular.
La Dra. David describe estar sentado por periodos prolongados como “el nuevo tabaquismo”, silencioso y perjudicial para las arterias, y dice que el movimiento es el antídoto perfecto. Los investigadores determinaron que incluso las rutinas de ejercicio más simples pueden hacer que las arterias sean más resistentes. El cuerpo tiene memoria y cada entrenamiento ayuda a olvidar el daño causado por el sedentarismo.
A pesar de los hallazgos, los autores no desestiman el yoga, reconociendo su papel cultural y su accesibilidad. Sin embargo, sugieren que las personas que buscan beneficios cardiovasculares consistentes podrían necesitar complementar el yoga con otras formas de ejercicio más vigorosas. Abogan por un enfoque matizado en la actividad física, especialmente en los mensajes de salud pública, para alentar a las personas a combinar ejercicio con yoga y así hacer que la salud del corazón sea más accesible.
Los investigadores esperan que sus hallazgos alienten a los profesionales de la salud a recomendar el ejercicio no solo para el control de peso, sino también como una estrategia comprobada para mejorar la salud vascular. Aunque el yoga puede no mejorar la función vascular de manera consistente, sigue siendo una opción valiosa, particularmente para adultos mayores o aquellos que no pueden o no quieren participar en entrenamientos de alta intensidad.
