9 de octubre de 2025 – Lima – EFE.
El pleno del Congreso peruano ha decidido someter a la presidenta Dina Boluarte a un proceso de destitución acelerado, al aceptar con una amplia mayoría de votos cuatro mociones destinadas a removerla del cargo de forma inmediata. Tras la admisión de estas propuestas, la mandataria deberá ejercer su defensa de forma perentoria antes de que se defina su continuidad en el poder.
Las cuatro solicitudes de vacancia presentadas contra Boluarte fueron aprobadas individualmente con un mínimo de 113 votos, y la convocatoria inmediata de la presidenta para su defensa se ratificó con 118 votos, superando con creces el requisito de las cuatro quintas partes del parlamento. Esta sesión extraordinaria en la que Boluarte y su abogado, Juan Carlos Portugal, deberán presentarse para defenderse de la acusación de “permanente incapacidad moral”, está programada para las 23:30 hora local (4:30 GMT del viernes 10 de octubre) y contará con un plazo de una hora para la exposición de la defensa.
Tras escuchar a la mandataria, se procederá a la votación para determinar si continúa o es destituida, siendo necesarios 87 votos de los 130 congresistas para aprobar la vacancia. Aunque el procedimiento regular establece que la sesión de votación debe llevarse a cabo entre el tercer y el décimo día después de la admisión de la moción, los legisladores lograron la mayoría necesaria para forzar que el proceso y la posible salida de Boluarte sean inmediatos, contando con el respaldo de una parte sustancial de la cámara.
Este procedimiento de destitución cuenta con el apoyo de partidos de derecha que, paradójicamente, habían sostenido a Boluarte en el poder desde que asumió la Presidencia a fines de 2022, a menos de seis meses de las elecciones generales de 2026. Entre los promotores de la vacancia se encuentran líderes con aspiraciones presidenciales en los próximos comicios, como Rafael López Aliaga, alcalde de Lima por Renovación Popular, y el empresario José Luna de Podemos Perú, evidenciando una súbita pérdida de respaldo político que la ha dejado aislada a pesar de haber gobernado durante casi tres años tras desvincularse del proyecto de su predecesor, el izquierdista Pedro Castillo.
Boluarte asumió la Presidencia en 2022, siendo vicepresidenta de Castillo, luego de que este intentara un fallido golpe de Estado para evitar su propia destitución por parte del Congreso, en medio de múltiples acusaciones de corrupción. A su actual situación se suma ser la presidenta con el menor nivel de aprobación en Latinoamérica, con un exiguo 3% según encuestas, debido a las más de 50 muertes ocurridas durante la represión de las protestas que demandaban nuevas elecciones tras el encarcelamiento de Castillo, así como a las diversas investigaciones por presunta corrupción que pesan sobre ella.
De concretarse la destitución, el presidente del Congreso asumiría la Presidencia de forma interina hasta la celebración de las nuevas elecciones, lo que convertiría a Boluarte en el séptimo mandatario peruano en ser depuesto desde 2016, sumándose a Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y ella misma en esta inestable secuencia política.