27 de marzo de 2025 – Acapulco (México) – EFE.
A 17 meses del paso devastador del huracán Otis, buzos en Acapulco continúan con la ardua tarea de limpiar el fondo marino, especialmente en la isla de la Roqueta, una zona que sigue sufriendo los efectos del meteoro. A pesar del tiempo transcurrido, las labores de limpieza siguen siendo esenciales para recuperar el área afectada, sobre todo en las zonas donde se encontraban embarcaciones de lanchas con fondo de cristal, que son un atractivo turístico de la región.
Un grupo de 25 buzos estuvo trabajando en la limpieza de la playa de Caletilla y la isla de la Roqueta. Estos buzos se habían concentrado previamente en retirar algunos trozos y desechos de las embarcaciones, pero decidieron continuar con el proceso debido a la gran acumulación de basura. En total, se logró retirar alrededor de dos toneladas de desechos de fibra de vidrio provenientes de las lanchas destruidas por el huracán.
Rigoberto Palma Muñoz, presidente de la cooperativa Playas Unidas Caleta y Caletilla, explicó que la limpieza era urgente debido a la cantidad de desechos acumulados en el fondo marino. Según Palma Muñoz, la basura había estado presente durante meses, y era necesario sacarla para mantener la playa limpia, especialmente para garantizar que el área estuviera en condiciones para los turistas.
Los buzos enfrentaron varios desafíos durante la limpieza, pues operaron a una profundidad de entre 10 y 12 metros, lo que dificultó el trabajo. Sin embargo, señalaron que aún quedaba algo de basura a mayores profundidades, alrededor de los 15 metros, y que para continuar con una limpieza más exhaustiva sería necesario contar con equipo más especializado, como tanques de oxígeno y chalecos compensadores, que les permitirían bajar a mayor profundidad.
Algunos de los buzos, como Juan de los Santos, se enfocaron en limpiar las aguas menos profundas, alrededor de los cinco o seis metros. Utilizando su propio aire y equipo limitado, lograron retirar materiales como fibra de vidrio y plásticos. Destacaron que muchos de los desechos provienen de los turistas, como botellas y otros envases, que las olas arrastran hacia el mar.
Los prestadores de servicios náuticos, que también participaron en las labores, señalaron que la limpieza de la zona se ha vuelto una tarea constante. A pesar de los esfuerzos realizados, sigue siendo frecuente encontrar desechos como botellas de plástico y vidrio, así como utensilios de plástico, que son muy dañinos para la fauna marina. La presencia continua de basura demuestra la importancia de seguir con las labores de limpieza.
La falta de equipo especializado complicó aún más las tareas, pues muchos de los buzos trabajan con herramientas limitadas como aletas, visores y snorkels. A pesar de estas limitaciones, se mostraron comprometidos con la causa y confiaron en que su esfuerzo contribuiría a mejorar la salud del mar y a mantener limpias las playas para los turistas.
En las palabras de uno de los buzos, la motivación para seguir trabajando era el amor por el medio ambiente y la necesidad de ayudar a la preservación del ecosistema marino. Aseguró que, aunque su equipo era básico, la prioridad era mejorar la situación del mar para que los turistas pudieran disfrutar de un entorno limpio y saludable.
La Semana Santa, uno de los periodos de mayor afluencia turística, es de gran importancia para la economía de Acapulco. Se espera que, durante este periodo, la ocupación hotelera supere el 80%, con la llegada de alrededor de 200,000 turistas. Es por eso que las labores de limpieza adquieren una relevancia aún mayor, ya que los prestadores de servicios desean ofrecer una experiencia más agradable a los visitantes.
Los esfuerzos continuos de los buzos y trabajadores reflejan la dedicación de la comunidad local para restaurar y preservar sus recursos naturales. Aunque todavía queda mucho trabajo por hacer, el compromiso de mantener las playas limpias y mejorar el estado del fondo marino sigue siendo una prioridad para todos los involucrados.
