10 de junio de 2025 – Salud – Agencias.
Aunque los niveles de los antiguos químicos PFAS —también conocidos como “químicos eternos”— han disminuido en muchos alimentos en los últimos 20 años, un nuevo estudio revela que el agua potable, los mariscos, los huevos y el arroz integral siguen siendo fuentes importantes de exposición para los adultos. Estos compuestos están presentes en numerosos productos industriales y de consumo diario, y se acumulan en el ambiente y en el cuerpo humano, causando riesgos para la salud.
El estudio, realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, muestra una disminución en la exposición alimentaria a los PFAS entre adultos en las últimas dos décadas. Sin embargo, el agua potable sigue siendo una fuente preocupante. Al analizar muestras de sangre de residentes en California, se identificó una relación entre altos niveles de PFAS y el consumo de ciertos alimentos, en especial mariscos, huevos y arroz integral, aunque las conexiones alimentarias fueron menos frecuentes que en estudios previos.
Los investigadores también detectaron que las personas que viven en zonas donde el agua del grifo contiene niveles detectables de PFAS presentaban mayores concentraciones de estos compuestos en sangre, aunque no tan elevadas como en regiones altamente contaminadas. Estas conclusiones surgen justo cuando la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) anunció nuevas regulaciones sobre PFAS en el agua potable, pero con plazos de cumplimiento extendidos hasta 2031.
Esta investigación es la primera en analizar simultáneamente los efectos de la dieta y del agua potable en los niveles de PFAS en sangre. A diferencia de estudios anteriores basados en datos europeos, este se enfoca en la realidad estadounidense y muestra una menor asociación entre la dieta y los PFAS, posiblemente debido a la eliminación gradual de estos químicos en procesos de fabricación y en materiales de contacto con alimentos como envases de papel.
A pesar de la disminución general en la exposición por alimentos, el estudio señala que ciertos grupos como los mariscos, huevos y arroz integral aún representan un riesgo. Las autoridades de salud de California seguirán investigando para reducir los niveles de PFAS en la cadena alimentaria. También se destacó la necesidad de estudiar otras fuentes de exposición, como el aire interior, el polvo doméstico y productos cosméticos.
Finalmente, los autores del estudio enfatizan la importancia de mantener los estándares federales de calidad del agua, así como de limitar el uso de PFAS, incluidos los de nueva generación. Recomiendan que los consumidores elijan productos etiquetados como “libres de flúor” cuando sea posible, como una medida práctica para reducir la exposición personal a estas sustancias persistentes.