9 de junio de 2025 – Los Ángeles (EE.UU.) – EFE.
Los manifestantes en Los Ángeles continuaron por cuarto día consecutivo las protestas contra las redadas migratorias y el despliegue de tropas ordenado por el presidente Donald Trump. Con gritos de “¡Fuera ICE!” y “¡Liberen a todos!”, expresaron que estas acciones solo aumentan la indignación y la ira popular.
Isabella, una joven de raíces mexicanas y argentinas, comentó a EFE que la violencia ejercida por las autoridades provoca un enfado creciente entre la población. Desde el mediodía, una gran multitud se reunió pacíficamente frente al edificio federal del centro de la ciudad para exigir la liberación de los migrantes detenidos y la retirada de la Guardia Nacional y los 700 marines enviados por orden presidencial.
La manifestación incluyó banderas de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Palestina, reflejando la diversidad de los asistentes. Sin embargo, la llegada de partidarios de Trump encendió tensiones, aunque los manifestantes lograron mantener el orden y evitar confrontaciones graves, buscando siempre la seguridad dentro de la protesta.
Para muchos participantes, como Alex Aguilar, de origen salvadoreño y mexicano, estas protestas son una obligación en defensa de sus familias y comunidades. Considera que las acciones del gobierno, como traer a la marina, solo buscan generar miedo, pero al contrario, fortalecen la motivación para continuar manifestándose.
Los agentes de la Guardia Nacional permanecieron durante todo el día en la entrada del edificio, recibiendo críticas y cánticos en su contra por parte de los manifestantes, que los acusaban de traidores. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, denunció que el gobierno federal está usando la ciudad como un “experimento” y rechazó las declaraciones de Trump que estigmatizan a los inmigrantes en la ciudad.
Al final de la jornada, la policía declaró la protesta como reunión ilegal y dispersó a los asistentes con bombas de ruido y gas pimienta. Bass pidió nuevamente detener las redadas, subrayando que no hubo justificación para las operaciones recientes en la ciudad y reafirmó el compromiso de Los Ángeles con sus inmigrantes y su unidad.