21 de octubre de 2025 – Ciudad de México – EFE.
La Alianza Mexicana contra el Fracking (AMCF) ha manifestado su preocupación, denunciando que el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2026 incluye por lo menos ocho programas destinados a la exploración y extracción de gas en yacimientos no convencionales, lo que implica el uso de la técnica de fractura hidráulica o fracking. El organismo no gubernamental critica que estos proyectos se presentan con una total falta de claridad presupuestaria, lo que representa un significativo retroceso en la transparencia para el sector de hidrocarburos.
Según la Alianza, la opacidad se ha convertido en el sello distintivo del sector este año fiscal. El presupuesto asignado a la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) carece de un desglose detallado, y no se han publicado los montos específicos para los programas presupuestarios relevantes. En concreto, del total de 517,362 millones de pesos (cerca de 28,056 millones de dólares) propuestos como “gasto programable” para Pemex en 2026, no se tiene información sobre cómo se distribuirán esos fondos entre los diversos proyectos de inversión en hidrocarburos.
La falta de información es especialmente notable en los proyectos vinculados a la extracción de gas en los yacimientos no convencionales, que en el Plan Estratégico de Pemex 2025-2035 han sido rebautizados como “yacimientos de geología compleja”. La AMCF advierte que esta falta de claridad no solo muestra una contradicción evidente entre la política energética actual y el discurso oficial de la agenda climática y ambiental, sino que también dificulta la rendición de cuentas.
Tras un análisis del PPEF 2026, la ONG logró identificar ocho programas que históricamente han sido utilizados para financiar la exploración y extracción de gas mediante la fractura hidráulica, con un presupuesto asignado que suma 245,269 millones de pesos (aproximadamente 13,300 millones de dólares). En esencia, la Alianza afirma que aunque sí existen fondos reservados para proyectos de extracción de gas fósil, no hay transparencia para determinar la cantidad de dinero que se destinará a cada uno de ellos.
Ante esta situación, la Alianza Mexicana contra el Fracking insiste en la necesidad de abandonar la narrativa que presenta al gas como un “combustible de transición”. Urge al Gobierno mexicano a cumplir con sus compromisos de prohibir el fracking en cualquiera de sus denominaciones y a orientar la política energética del país hacia un modelo basado en la eficiencia y la reducción del consumo energético general.
La AMCF subraya que la técnica de fracturación hidráulica, en cualquiera de sus nombres —ya sea estimulación o extracción en yacimientos de geología compleja—, conlleva graves riesgos para la salud humana y el medio ambiente. La exposición constante a los contaminantes liberados por esta práctica, como metales pesados y sustancias radioactivas, se ha relacionado con diversos problemas de salud, como malformaciones congénitas, cáncer y daños neurológicos, además de generar un impacto irreversible en la contaminación de los acuíferos y agotar las fuentes de agua potable debido a la gran cantidad de líquido y químicos requeridos.