5 de agosto de 2025 – Salud – Agencias.
Un amplio estudio internacional ha revelado un preocupante aumento en los trastornos de la interacción intestino-cerebro, como el síndrome del intestino irritable (SII) y la dispepsia funcional, a raíz de la pandemia de COVID-19. Utilizando herramientas de diagnóstico consistentes para comparar a las poblaciones antes y después de la pandemia, los investigadores descubrieron que estas afecciones son ahora significativamente más comunes, especialmente entre las personas que padecen COVID prolongado, quienes también informan de mayores niveles de ansiedad y depresión.
El estudio, publicado en Clinical Gastroenterology and Hepatology, expandió trabajos anteriores al aplicar los criterios de diagnóstico de la Fundación Roma a conjuntos de datos nacionales representativos recogidos en 2017 y 2023. Este método permitió la primera comparación directa y a nivel de población de las tasas de trastornos intestino-cerebro antes y después de la pandemia. Los resultados demostraron un aumento general de estos trastornos del 38.3% al 42.6%, lo que subraya el impacto del COVID-19 en la salud digestiva.
Entre los hallazgos más importantes, se observó que la prevalencia del SII aumentó un 28%, pasando del 4.7% al 6% de la población estudiada. Por su parte, la dispepsia funcional, un trastorno que provoca malestar o dolor crónico en la parte superior del abdomen, experimentó un crecimiento aún más notable, incrementándose casi un 44%, del 8.3% al 11.9%. Estos datos confirman la conexión entre la pandemia y el deterioro de la salud digestiva.
El estudio también destacó la vulnerabilidad de las personas con COVID prolongado. Este grupo mostró una probabilidad significativamente mayor de tener un trastorno de interacción intestino-cerebro y reportó una peor calidad de vida, además de niveles más altos de ansiedad y depresión. Esta correlación resalta la complejidad del COVID prolongado, que afecta tanto la salud física como mental, a menudo entrelazadas a través de la conexión entre el intestino y el cerebro.
La investigación representa una llamada de atención para el ámbito médico y científico. Al ser el primer estudio de este tipo en comparar directamente las tasas de estos trastornos con una metodología uniforme, refuerza la necesidad de actualizar los modelos de atención y de dedicar más recursos a la investigación del eje intestino-cerebro en la era post-COVID. Los hallazgos sugieren que el impacto de la pandemia va más allá de la enfermedad respiratoria, dejando secuelas duraderas en la salud digestiva.
La dispepsia funcional, un trastorno común que causa molestias como hinchazón, saciedad temprana y dolor en el área del estómago, es particularmente preocupante porque sus síntomas no tienen una causa física identificable en los exámenes médicos. Este tipo de afección, que no presenta daño visible en el tracto digestivo, subraya la importancia de comprender los factores subyacentes, como los que pueden estar relacionados con una infección de COVID-19.