16 de septiembre de 2025 – Salud – Agencias.
La dieta mediterránea “verde” podría proteger contra el envejecimiento cerebral al reducir los marcadores de proteínas vinculados al deterioro cognitivo. Un nuevo estudio sugiere que esta dieta, que incluye té verde y la planta acuática Mankai, se relaciona con un envejecimiento cerebral más lento.
El estudio, publicado en la revista Clinical Nutrition, fue realizado por científicos de la Universidad Ben-Gurion, la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y la Universidad de Leipzig. Su objetivo era investigar si la dieta podía influir en la brecha de edad cerebral, que es la diferencia entre la edad biológica del cerebro y la edad cronológica de una persona. Para ello, analizaron datos del ensayo DIRECT PLUS.
A lo largo de 18 meses, los 300 participantes del estudio siguieron una de tres dietas: una dieta saludable estándar, una dieta mediterránea tradicional con restricción calórica o la dieta mediterránea “verde”, que incluía té verde y Mankai. Las últimas dos dietas limitaban los carbohidratos simples y priorizaban vegetales y proteínas magras.
Los investigadores midieron los niveles de proteínas en la sangre de los participantes y encontraron que los niveles elevados de ciertas proteínas estaban asociados con un envejecimiento cerebral acelerado. Los resultados revelaron que los niveles de estas proteínas disminuyeron en los participantes que siguieron la dieta mediterránea “verde”.
Los científicos creen que el efecto protector de esta dieta puede deberse a las moléculas antiinflamatorias que se encuentran en el té verde y el Mankai. Estas sustancias podrían ayudar a contrarrestar los procesos biológicos que contribuyen al envejecimiento del cerebro, ofreciendo una nueva perspectiva sobre la prevención del deterioro cognitivo.
Una de las investigadoras principales, Anat Meir, explicó que estudiar las proteínas en la sangre permite observar cómo los procesos de envejecimiento del cerebro son afectados por los cambios en el estilo de vida y la dieta. Este enfoque proporciona una visión dinámica de la salud cerebral, revelando cambios biológicos mucho antes de que aparezcan los síntomas, lo que abre una nueva vía para entender cómo intervenciones como la dieta pueden ayudar a preservar la función cognitiva a medida que envejecemos.