28 de marzo de 2025 – Pekín – EFE.
Un equipo de 37 rescatistas chinos llegó este sábado a Birmania para brindar ayuda tras el devastador terremoto de magnitud 7,7 que golpeó el país asiático. El sismo dejó al menos 200 muertos y más de 700 heridos, según la agencia oficial Xinhua. Los rescatistas, que partieron desde Yunnan, una provincia china vecina de Birmania, llevan consigo equipos de emergencia como detectores de vida, drones y sistemas de alerta temprana de terremotos.
Este grupo de rescate se centrará en asistir en labores de socorro y atención médica a las víctimas del desastre. La llegada de los rescatistas chinos se da en un momento crítico para Birmania, que enfrenta grandes desafíos tras el fuerte terremoto que ha dejado devastación en varias de sus regiones.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China expresó el viernes por la noche que su país está dispuesto a hacer todo lo posible por ayudar a Birmania. Considerando a Birmania como un “vecino amistoso”, el portavoz subrayó la solidaridad de China con la nación birmana en su momento de crisis. Además, expresó la esperanza de que el pueblo y gobierno de Birmania puedan superar rápidamente las dificultades y reconstruir su país.
El vocero también destacó que hasta el momento no se ha reportado la muerte de ciudadanos chinos en las áreas afectadas por el sismo. Subrayó la amistad “pauk-phaw” entre los pueblos de ambos países, destacando el vínculo cercano y fraternal que existe entre China y Birmania.
El terremoto, que ocurrió este viernes, también dejó víctimas fuera de Birmania, con al menos 10 muertos en Bangkok, Tailandia, donde el temblor también se sintió con fuerza. Además, el sismo causó graves daños en las infraestructuras de las regiones afectadas, complicando aún más la situación en un país ya golpeado por la inestabilidad política.
Tras el golpe de Estado de 2021, que colocó a las fuerzas armadas birmanas en el poder, Birmania ha atravesado un periodo de caos y conflicto. En respuesta al desastre, el gobierno militar ha declarado el estado de emergencia en seis zonas del país, mientras China, que no condenó el golpe, continúa buscando maneras de asegurar la estabilidad en una nación con la que comparte una extensa frontera y numerosos proyectos económicos.
